Es cierto que los padres no saben lo que es sentir un hijo creciendo y abriéndose paso en su interior, no conocen hasta dónde puede llegar su umbral del dolor por traerlo al mundo, ni su cuerpo tampoco carga con las huellas de nueve meses de cambios concentrados e intensos, pero lo es también que de poder decidirlo, lo harían, que sienten el mismo amor incondicional la primera vez que ven a su hijo y que no necesitan kilos de más ni estrías para ser protagonistas únicos de las vida de sus hijos, compañeros excepcionales de sus aventuras, hombro ante sus miedos, oído ante sus sueños y mano que nunca deja de estar tendida.
Un padre cubano, por su parte, tiene algunos rasgos que lo hacen doblemente especial y singular:
- sabe de moda: "falta tela o sobra cuerpo, le echas azúcar a esa saya o no sales de casa, rayas con cuadros no pegan, los pantalones esos son tres veces la talla que necesitas"; sus gustos y criterios estéticos pueden hacer que tu prenda favorita nunca salga del escaparate, o que te ayude a reforzar tu autoestima, si sigues prefiriéndola pese a sus intentos por convertirla en un adefesio ante tus ojos.
- es monitor deportivo y profesor de baile: te enseña a nadar, a jugar pelota, a montar bicicleta, a dar algunos pasillos o a cómo avergonzarte 'mejor' delante de tus amigos.
- hace de todo: lo mismo forra libros, ayuda con las tareas, que es experto en hacer chivichanas, papalotes, pelotas, juega yaquis, peina muñecas y es tu alumno aventajado o paciente enfermo en los juegos de roles.
- no necesita comer bien para estar siempre fuerte y dispuesto: sus porciones son siempre las más exiguas y siempre, misteriosamente, se le pasa el apetito cuando un hijo pregunta si no queda un poco más de algo. Carga todo el día con el dulce rico que le dieron en un evento o comida de trabajo, para darlo al hijo al llegar a casa. A todos, casualmente, les gusta la misma porción del pollo y les dejan de gustar la leche a ciertas edades de los hijos.
- llega hasta donde lo necesites: bajo un sol abrasador y más de 30º de temperatura, recorre los kilómetros que hagan falta para llevarte comida a la beca o ir a verte a los campamentos o las escuelas al campo.
- es mago: no porque se aprenda algún que otro truco que la inocencia infantil magnifique, sino porque se las agencia para tapar carencias, ocultar limitaciones, edulcorar fealdad y tapar huecos para que sus hijos sientan que viven la infancia más mágica y completa del mundo. Solo cuando se es adulto se entiende la grandeza de un padre cubano, los trucos y salidas que se inventa y lo mucho que debemos agradecerle, por habernos dejado disfrutar unos primeros años de vida especiales, en que todo siempre parecía perfecto e idóneo.
- compensa sus añoranzas con tus éxitos: no solo te lleva a todos los sitios para ayudarte a cumplir tus metas, no solo te apoya en tus aventuras y da crédito a cuanta idea pueda ocurrírsete, sino que si, al crecer, decides emprender rumbo lejos, sustituye los deseos de tenerte junto a él por el orgullo de saberte feliz y construyendo tu propia vida.
- hace de tu beso, tu llamada y el mensaje de tu postal los mejores regalos posibles. Tengas cinco años y no sepas escribir, tengas dieciocho y a veces discutan porque no se entienden, tengas cuarenta y los separen cientos de miles de kilómetros; siempre a tu padre cubano lo mejor que podrás regalarle es un sincero y fuerte abrazo y tu más genuino cariño por sus años de amor, entrega y sacrificios incondicionales.
Por estas y muchas otras razones abracemos, llamemos y queramos hoy más que nunca a esos super héroes y super padres de nuestras vidas.
FELIZ DÍA A TODOS LOS PADRES CUBANOS!!
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