Alimentación y antioxidantes

Durante las últimas décadas, la vitamina E ha sido promovida como un arma poderosa para retardar el envejecimiento y proteger desde las arrugas hasta el cáncer y la demencia senil.

Según los criterios científicos en boga, las vitaminas, minerales y enzimas que contienen antioxidantes nos defienden de los radicales libres, responsables de la disminución de nuestro sistema de defensa y capaces de originar también deterioro celular, envejecimiento prematuro y otros trastornos.

Los radicales libres desempeñan un papel principal en los mecanismos del sistema inmunológico, al luchar contra bacterias y virus e intervienen, además, en los procesos de producción de energía. Sin embargo, si se producen en exceso se convierten en un verdadero peligro al ocasionar una degradación progresiva de las paredes celulares. Es lo que se conoce como "estrés oxidativo".

Los patrones de alimentación han cambiado a nivel mundial: mayor consumo de grasas saturadas, productos cárnicos y alimentos curados, o ricos en azúcar, menor consumo de frutas y vegetales frescos, unido a un estilo de vida sedentario, han originado una explosión de enfermedades que atentan contra la salud y la longevidad, por lo que los antioxidantes alcanzan una mayor importancia por su efecto protector y promotor de salud.

Hoy se conoce que hay más de 100 enfermedades que pudieran relacionarse con el exceso de radicales libres en el organismo. Entre ellas la aterosclerosis y las dolencias del corazón, la diabetes mellitus, el cáncer, el Alzheimer, las cataratas, las enfermedades degenerativas del sistema nervioso central, la artritis reumatoide, las enfermedades inflamatorias crónicas del intestino, y debemos mencionar también el proceso de envejecimiento.

En los aceites vegetales, el arroz integral, los guisantes como el chícharo y la lenteja, frutos secos, hortalizas y verduras (pimientos, tomate, perejil, col, acelga, boniato, papa, zanahoria, calabaza y muchas más). También en frutas frescas (cítricos, frutabomba, guayaba, mango), pescados, mariscos, cebolla, ajo, té verde, algunas bebidas como el jugo de frutas y el vino tinto podemos disponer de suficientes antioxidantes.

Los antioxidantes contenidos en la alimentación, incluyendo la vitamina E, frenan a no dudarlo la producción de radicales libres en exceso en el organismo. Es, por tanto, a través de una alimentación y nutrición balanceadas, conjuntamente con estilos de vida saludables, que podemos sumar años a nuestra vida, y estos sencillos hábitos convertirse, de hecho, en un verdadero "elixir de la juventud" para lograr una longevidad satisfactoria.