El Coche Mambí de la Habana Vieja

La presencia del Coche Mambí en la calle Churruca es una invitación que hace la Oficina del Historiador de la Ciudad para grandes y chicos, en este andar por la Habana colonial.

Sobrecogidos por la maravilla de su interior y la peculiaridad exterior,  todos queremos contar algo de su historia, mucho más cuando conocemos la fecha de su construcción y envío a Cuba.

Por encargo del presidente de la Pennsylvania Railroad Company, en los primeros años del siglo XX, la American Carr Foundy Company concluyó en los Estados Unidos la fabricación de tres coches especiales.

Esta modalidad correspondió a un perfil de la época, dirigido principalmente a hombres de negocios y políticos. De esta manera, se les ofrecía un servicio exclusivo durante sus largos recorridos de trabajo, aunque, muchos de estos coches eran de propiedad personal.

Los números de identificación provisional de aquellos vagones fueron 97, 98 y 99.

El primero, quedó en usufructo del ferrocarril de Pennsylvania, el 98, fue asignado para uso del representante de esa compañía en México, el 99 le correspondió a la Cuban Railroad Company, propietaria de los caminos de hierro desde Villa Clara hasta Santiago de Cuba.

Los propietarios del 97, lo bautizaron con el nombre de Pennsylvania y existe la referencia de que en la actualidad se encuentra en el museo ferroviario de aquella ciudad.  

El 98, se conoció como El Dorado, homenaje a la lucha de México por su independencia. El 99, es nuestro Mambí. Trasladado desde La Florida a bordo de un ferry, llegó a La Habana por primera vez en diciembre de 1912. Esta práctica de servicio ínter modal ferrocarril y marítimo, aseguraba el intercambio entre los dos países con eficiencia y rapidez.

Por este procedimiento, las mercancías se transportaban contenidas en vagones de ferrocarril, a su vez conducidos por el  Estrecho de la Florida en ferry. Ese recorrido, en uno u otro sentido, lo realizaban habitualmente con el Mambí los altos ejecutivos de Cuban Railroad Company, quienes luego viajaban en él hacia los diferentes puntos de la Isla o de Estados Unidos, según los intereses que representaban.

Las excelentes condiciones de confort y seguridad del Coche Mambí, lo hicieron muy apreciado por figuras de la política cubana, por ello, viajaron en él candidatos y presidentes de la nación en períodos de campaña electoral; entre los más conocidos, algunos viejos trabajadores de los ferrocarriles mencionaban a José Miguel Gómez, Mario García Menocal, Alfredo Zayas y Fulgencio Batista.