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El desaparecido hotel Trotcha

El catalán Ventura Trotcha llegó a Cuba en el año 1850 y se dedicó al comercio hasta el año 1880. Luego se dedicó a la compra de terrenos, donde construía residencias que después vendía a familias adineradas.

Karsten Herrera y Daniela Cepero
Foto © Karsten Herrera y Daniela Cepero

Este artículo es de hace 8 años

El catalán Ventura Trotcha llegó a Cuba en el año 1850 y se dedicó al comercio hasta el año 1880. Luego se dedicó a la compra de terrenos, donde construía residencias que después vendía a familias adineradas.

En 1886 Trotcha abrió un salón en la nueva barriada del Vedado, en la intersección de las calles Calzada y 2, que se convirtió en sitio de moda para las familias habaneras.

Motivado por la buena acogida que tuvo el salón y el auge y crecimiento del Vedado, en 1890 Trotcha le construyó dos pisos de madera en los altos con 20 habitaciones, una "suite", servicios sanitarios, baños comunes, cocina, restaurante-bar y rodeó la instalación de preciosos jardines. La cubierta era de madera y tejas francesas, las ventanas exteriores en el nivel principal tenían vitrales de medio punto y cristales de colores y se resguardaban con barandas de hierro fundido de 90 cm de alto, creando así pequeños balcones. El falso techo fue de barrotillo (listones de madera y yeso).

En el año 1902 Trotcha decidió ampliar el hotel y construyó, en el terreno aledaño, un nuevo bloque de dos plantas. Esta sección del hotel que se llamó El Edén, era de madera y tenía un corredor a todo lo largo con barandas de hierro forjado muy elaboradas.

La tercera y última ampliación la realizó en 1904 y este nuevo bloque se llamó Washington. La construcción era de tres plantas con muros de carga de ladrillos de 40 cm de espesor. Las habitaciones tenían servicio sanitario y los entrepisos y la cubierta se resolvieron con el sistema de viga por losa. Al centro del bloque estaba la escalera que conducía a los pasillos para acceder al segundo y tercer nivel.
El conjunto funcionó como hotel hasta la crisis de los años treinta, fecha en que se convirtió en casa de huéspedes con unas 60 habitaciones.

En el año 1986 un incendio devastador lo destruyó completamente. Solo se conserva una pequeña ruina de su fachada, formada por cuatro columnas y tres arcos, unidos por un techo de vigas de madera. El área restante es un parque sencillo.

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