El sombrero en Cuba: ¿moda o necesidad?

El sombrero de yarey ha sido usado desde siempre por los campesinos cubanos.  

El sombrero ha dejado de ser una pieza imprescindible para el vestuario del hombre y la mujer; sin embargo, ante el exceso de calor, muchos cubanos y cubanas se protegen con gorras y pamelas, mientras algunos jóvenes suman a su vestuario las boinas y los sombreros de bonete.

Es muy probable que, millones de años atrás, el primer sombrero haya sido una piel de animal puesta sobre la cabeza y su función fuera solamente cubrir de las inclemencias del tiempo.

Con el desarrollo de la humanidad, el sombrero se fue convirtiendo en un accesorio que pasó a formar parte de todos los guardarropas, tanto de damas como de caballeros, y más allá de su uso práctico daba un toque de distinción al vestuario.

En la década de los 20 del siglo XX, pocos salían a la calle sin cubrirse la cabeza, y la popularidad de la prenda, con diversos modelos y estilos, fue muy popular hasta los años 50.

Es indiscutible que los sombreros, ligados a la moda, proporcionan un toque a la personalidad, porque, ¿qué sería de Humphrey Bogart, en la película Casablanca, sin el sombrero; o de Sofía Loren, sin su pamela de ala ancha, saliendo de Cinecitta?

Pero no sólo ha sido una prenda glamorosa, pues para ciertos trabajos, como la agricultura, son indispensables, y es muy difícil ver a un campesino cultivando la tierra sin su modesto sombrero.

Y también algunos adultos mayores han adoptado por costumbre, a lo largo de décadas, llevarlos como parte de su imagen.

Si bien es cierto que los sombreros son una prenda de vestir que ha entrado en el olvido, los especialistas recomiendan cubrir la cabeza, y con ello proporcionar también sombra a la cara, ante el daño que pueden provocar los rayos solares a la piel.

Aunque algunos modelos parecen "cosa de viejitos", en la Cuba de hoy proliferan los hombres con gorras de todos los tipos y colores, y se aprecia en las féminas una tendencia a portarlas también, junto con las frescas y livianas pamelas.

Hay también una moda entre los más jóvenes de llevar algunos modelos nada acordes con la ardiente temperatura de nuestro país, pues se trata de piezas de paño, lana o fieltro, entre ellos sombreros de hongo, pasamontañas o boinas; claro que si se trata de lucir, todo es aceptable.

En definitiva, todos proporcionan personalidad, y mientras haya sol o frío habrá sombreros.