Coyuntura post Ariel

El gobierno reaccionó ante la protesta y sensibilidad que generó en la opinión pública el injusto encarcelamiento y huelga de hambre de Ariel Ruiz Urquiola, quizá agobiado por la proximidad de un viaje presidencial a una cumbre del Caribe y las voces que –con tonos diferentes- se alzaron dentro y fuera de Cuba.

La sociedad contemporánea es más plural y mejor que las precedentes, pese a los reiterados intento de muchos aguafiestas incrustados en el bienestar de las ciudades letradas democráticas que se pasan la vida ganando dinero contando lo mal que está todo y actuando como aliados, bobos y canallas, del tardocastrismo.

El gesto de Díaz-Canel confirma la apuesta del régimen por apagar fuegos innecesarios y dañinos para su imagen, pero sigue sin afrontar la libertad de los presos políticos y la innecesaria hostilidad hacia las Damas de Blanco y demás opositores; al tiempo que marca una importante diferencia con casos recientes como la muerte de Orlando Zapata Tamayo, a causa de una huelga de hambre en prisión.

El coraje cívico y sereno de Ruíz Urquiola puso en un brete al nuevo presidente que sabe lo incómodo que es andar por el mundo pregonando libertad que no es capaz de promover en su propio país. Consejos doy que para mi no tengo, como reza el refrán español.

La cúpula comunista debe acostumbrarse a convivir en el goce de la diferencia y asumir que una parte de la población cubana no comparte sus postulados, especialmente, desde que se aprovechara de la crisis económica de los años 90 para desentenderse de la gente a la que nunca permitió ser adulto.

La cúpula comunista debe acostumbrarse a convivir en el goce de la diferencia y asumir que una parte de la población cubana no comparte sus postulados

Salvo aquellas personas que empleen la violencia para oponerse a la dictadura, el resto de los opositores debe estar libre, empezando por Eduardo Cardet, como ocurre en las sociedades contemporáneas y cuando digo libre, me refiero con acceso al trabajo, estudios y que sus casas y vidas sean respetadas.

Un ejercicio pendiente en Cuba debe ser comparar los programas políticos de gobierno y oposición y veríamos coincidencias, pero no se puede seguir criminalizando al que piensa diferente, salvo que la aburrida unanimidad sea otra frase para la galería y los mandamases pretendan convertir al Partido Comunista en el Espíritu Santo.

No se puede seguir criminalizando al que piensa diferente

Cuanto más plural sea Cuba, mejor le irá a Díaz-Canel; hacer cosa diferente equivale a su suicidio político porque los cubanos ya están al tanto del mundo real con sus múltiples viajes y contacto con extranjeros y emigrados y saben que es posible vivir libre y prósperamente.

Cuanto más plural sea Cuba, mejor le irá a Díaz-Canel; hacer cosa diferente equivale a su suicidio político porque los cubanos ya están al tanto del mundo real

De momento, Ariel Ruiz Urquiola ha sido trasladado de la cárcel pequeña a la grande, donde estará vigilado por los tristes encargados de husmear en las vidas de sus paisanos y vecinos, igualados en la pobreza y desiguales en dignidad frente a la injusticia y los atropellos.

El caso Ariel deja además terribles enseñanzas: el pacto no escrito entre delincuentes criadores de cerdo con un discurso de conveniencia y las autoridades provinciales y municipales de una dictadura corrupta y decadente. En la Guardia Rural había gente decente e indecente, como ocurre hoy en el Ministerio del Interior y el Partido Comunista y además, duró poco, guardabosques y demás guarapitos llevan 60 años amargando la vida de la gente e incumpliendo su cometido que es proteger la naturaleza y las personas.

En el episodio de la irrupción de los guardabosques en la finca que Ariel explota en usufructo, se reitera el vicio machista-castrista frente a los homosexuales, pues uno de los represores se sacó el rabo y orinó, cual depredador marcando territorio. Escena que haría las delicias narrativas de Reinaldo Arenas, un narrador deslumbrante.

No basta con pedir perdón por la UMAP y promover cambios constitucionales reconociendo el matrimonio homosexual, hace falta instaurar el catálogo de la decencia, el respeto y la fraternidad, que formaron parte del ADN cubano durante muchos años. Cambiar leyes es relativamente fácil, lo complicado es cambiar mentalidades; salvo que el tardocastrismo pretenda el enésimo enjuague distinguiendo a homosexuales que los apoyan, de los que se le oponen o se muestran indiferentes.

Un cuerpo de vigilancia sensato pondría a Ariel a liderar un proyecto conservacionista y productivo en la zona con otros campesinos. Pero no, la prioridad no es el Medio Ambiente, sino vender humo y seguir apostando por la pobreza en la ya pobre Sierra de los Infiernos, mientras se atracan de puercos y jutías.

La prioridad no es el Medio Ambiente, sino vender humo y seguir apostando por la pobreza en la ya pobre Sierra de los Infiernos, mientras se atracan de puercos y jutías

Terrible: la hermana de Ariel ha contado que en el expediente del juicio había elementos del juicio a su padre hoy exiliado, y de la Causa 1 de 1989 que acabó con el saturniano fusilamiento de Ochoa, La Guardia y otros dos militares cubanos. Es decir, a Ruiz Urquiola no se le juzga por sus actos, sino también por su papá y por lo que pasó hace más de veinticinco años cuando el castrismo convirtió a parte de los policías en ladrones.

Mientras Cardet siga preso y Ariel vigilado, Cuba seguirá siendo injusta y ya podrá el gobierno presumir de lo que carece, que es valentía para convocar a todos los cubanos a trabajar por una patria que sea libre, rica, justa e independiente.

Mientras Cardet siga preso y Ariel vigilado, Cuba seguirá siendo injusta y ya podrá el gobierno presumir de lo que carece, que es valentía para convocar a todos los cubanos a trabajar por una patria

La mezcla de lo peor del capitalismo con el comunismo están llevando a Cuba a un callejón sin salida que puede resultar explosivo porque están generando cuotas de nuevos ricos leales al tardocastrismo en medio de la pobreza y represión generalizada.

Ya sabemos lo malo que fueron Machado, Batista y lo malo que es Trump, lo que necesitamos saber es lo bueno que es Díaz-Canel y los compañeros de viaje que lo apoyan en su solapado forcejeo con los duros y la burocracia simuladora, incluidos los juristas, que ha encontrado un filón para enriquecerse con la pobreza impuesta a sus hermanos.