Haila María Mompié González (Las Tunas, 1974). Algunos compañeros, amigos y conocidos aseguraban que Haila jamás daría una entrevista a CiberCuba...
Hija y nieta de estilista y costurera de Amancio Rodríguez, de niña correteó, cantó y bailó a orillas del Yáquimo, uno de los ríos más caudalosos de Cuba y que desemboca en la costa suroriental pantanosa, después de bajar en torrente desde la Sierra del Chorrillo y Sevilla la Vieja.
Sus primeros pasos artísticos fueron con la danza en Santiago de Cuba, y el baile es compás, pero también disciplina y rigor; elementos que modelaron la fuerza escénica de una voz tocada por los dioses del mambo y que dejó su sello en "Bamboleo" y "Azúcar negra"; pero su natural atrevimiento, sentido innato de la transgresión con cabeza, y la cooperación necesaria de su esposo y mánager, Aned Mota, hicieron que irrumpiera en escena como una de las solistas con mejor piedra o bomba de los últimos años.
Haila como solista depuró su propuesta artística, pero privó a Cuba de un gran músico como es su marido, devenido empresario, pero en ese acuerdo no hay una pizca de egoísmo porque en 2021 va a volver a cantar con Vania Borges, quizá el binomio más potente de la timba.
El coronavirus la enclaustró en casa, como a muchas personas en todo el planeta, pero como su universo es la música, ya ha parido su décimo disco: "Un canto a la sonrisa", que es música buena para los niños, los que saben querer.
Recientemente, Haila soportó críticas de algunos totalitarios, erigidos en jueces desmemoriados, por su apoyo a la revolución cubana, haber besado a Fidel Castro Ruz, y ¡oh, pecado!, actuar en Miami y otras ciudades norteamericanas.
Cuando Haila sandungueaba en Amancio, el castrismo ya había lapidado a Celia Cruz, Olga Guillot, Meme Solís, Bebo Valdés, Julio Iglesias y José Feliciano -entre otros muchos- y resulta que ahora, paladines totalitarios del neocomunismo pretenden silenciar una voz que -como las de Celia y Olga- nadie podrá acallar por mucho que griten en sus tribunas de respuesta rápida.
El prestigio de la emigración entre sus hermanos en la isla está basado en su permanente solidaridad, capacidad de trabajo exitoso y generosidad; el resto es ruido mentiroso y oportunista, que es el son de los cobardes y los mediocres, devenidos en corresponsales rapilitos.
... Quizá por eso Haila tardó dos minutos en acceder a dialogar con CiberCuba, solo hizo un ruego: Ponte de acuerdo con Aned; y el Maestro Mota lo puso fácil porque hace años descubrió que la figura es su mujer, la madre del niño de ambos que, con 19 años, ya viene sonando.
Con tu voz, Apolo debe haberte tocado las cuerdas vocales; pero ¿dónde y cómo construiste tu fuerza escénica?
Siempre he sido muy atrevida, soy de las que piensa que la vida es demasiado bonita como para desperdiciarla, y tenía muy claro lo que quería ser. Cuando se visualizan las cosas y se es perseverante se llega lejos. A mí la vida me fue haciendo cada vez más fuertes y me puso todas las pruebas en este camino musical, hay que enfocarse y ser optimistas, es muy importante prepararse y estudiar, el resto te lo da la calle.
¿Ya cantabas en Amancio, qué cantabas o fue solo después, cuando estudiabas danza en Santiago de Cuba?
A mí desde pequeña me encantaron las artes. Me gustaba destacarme siempre en los matutinos y actividades escolares donde nunca faltaba Haila cantando o bailando. Hoy muchos aseguran que sabían que iba a ser artista. La danza fue la protagonista de mis primeros pasos, pero por suerte nada pudo desviarme de mi verdadera vocación, no sé qué sería de Haila sin cantar.
¿Cuánto hay de tus padres en ti?
Creo que hay mucho o casi todo. Desde pequeña escuchaba cantar y cantaba siempre con mi padre que era cantante aficionado, mi madre era la estilista de mi pequeño y natal Amancio Rodríguez y mi abuela paterna era modista. Vengo de una familia de artistas. Creo que soy su sueño logrado.
Bamboleo fue un trabuco musical y contó con las mejores voces femeninas de Cuba en años duros; ¿cómo recuerdas esa experiencia?
Los años 90 marcaron una pauta en mi vida y carrera. El proyecto Bamboleo fue el que me dio a conocer y me hizo popular. Recuerdo que, desde sus inicios, se robó toda la atención, una imagen muy fuerte de dos mujeres que combinaban la elegancia y estilo esta vez en la timba cubana, genero defendido hasta el momento solo por hombres. Bamboleo fue un eslabón decisivo y súper importante en mi trayectoria musical.
¿Cómo fue el proceso de maduración hasta decidir ser solista? ¿Qué ganaste y qué perdiste con esa decisión?
Te puedo asegurar sin temor a equivocarme que tuve la suerte de apostar y salir victoriosa en esa travesía. Después de Bamboleo me tocó vivir otra linda experiencia como líder del proyecto Azúcar Negra, y después de un tiempo allí, comencé a pensar que se acercaba el momento y la hora de dar un paso decisivo en mi carrera.
Siempre he sido muy atrevida y decidida, me encantan los retos, trazarme nuevas metas y soy incansable cuando se trata de conseguir lo que me propongo. Ya sentía la necesidad como artista de buscar algo nuevo, intentar seguir creciendo y lista esperaba un nuevo desafío musical. Fue entonces cuando me proponen hacer un disco en solitario y este fue el inicio de una nueva etapa. A partir de ese momento cambia mi vida. Era solo Haila.
Recientemente, estuviste en el candelero por razones ajenas a la música. ¿Cómo viviste ese proceso injusto de lapidación?
Cosas que pasan, algunos le llaman el precio de la fama. Intereses que navegan por encima del arte. Muchos hemos sido víctimas de eventos como estos.
Yo siempre he sido muy controversial. Al final del camino verán que el arte siempre perdura porque el talento siempre se impone. Nada va a detener a Haila.
Seguiré cantando y defendiendo mi música cubana hasta que dios quiera. Hay Haila para rato.
Solo dos cubanas, Alicia Alonso y tú fuiste acreedoras de una línea de perfumes Suchel. ¿A qué huele tu voz?
Un privilegio para mí. Mi voz huele a Madame Mompié, una inconfundible fragancia femenina que intenta recoger en su esencia toda la elegancia y el glamour que caracterizan a las mujeres cubanas, un aroma que distingue a la mujer triunfadora, atrevida y seductora, que no tiene intención de pasar desapercibida.
Un lindo proyecto de la perfumería cubana que impacto con mucho éxito y tuvo excelentes resultados. Espero con ansias una segunda edición que esperamos que llegue en el tan esperado 2021.
¿Cuándo se acabe el coronavirus dónde vas a actuar, tienes temas nuevos, hay alguna gira al extranjero en perspectiva?
Este tiempo de confinamiento me permitió trabajar y terminar mi décima producción discográfica titulada "Un canto a la sonrisa ", que ya se estrenó y está disponible en todas las plataformas digitales. Es una producción para niños. Era una deuda que tenía con los más pequeños y algo que me faltaba en mi discografía musical. Espero que el 2021 nos permita regresar a la normalidad y así retomar de nuevo los proyectos pendientes, entre ellos uno de los más esperados el Reencuentro de Haila y Vania, un binomio que marcó los años 1990 con la timba cubana y ahora está de vuelta después de 30 años.
¿Cómo es tu vida familiar, en casa sigues siendo diva o te arremangas y preparas una caldosa y un filete de pescado al panal?
Tengo una hermosa familia musical, hacemos un lindo equipo. Mi hijo ya un adolescente de 19 años próximo a graduarse en la Escuela Nacional de Artes de Cuba en la especialidad de percusión, aunque finalmente cantará y está próximo a estrenar ya su primera producción discográfica y mi querido esposo que dejó los escenarios para convertirse en mi manager y productor.
Me toca cuidar de ellos en casita y te confieso que me encanta la cocina, he llegado a pensar a veces que es mi verdadera vocación. Si no hubiera cantado creo que hoy sería una chef profesional.
Los que me conocen saben que soy muy de casa.
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