La noticia de la muerte de Eusebio Leal conmocionó a los cubanos este 31 de julio de 2020. El hombre que dedicó su vida a la restauración y la historia de La Habana se fue un mes y medio antes de celebrar su cumpleaños. Este 11 de septiembre, habría cumplido 78 años.
Si en algo hay consenso es en reconocer que Eusebio Leal fue un hombre talentoso y excepcional; un hombre hecho a sí mismo que se formó autodidácticamente y se presentó en 1974 a los exámenes de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana, donde consiguió su Licenciatura en Historia, en 1979.
Para entonces ya había fallecido su maestro, Emilio Roig de Leuchsenring (1889-1964), que lo acogió y formó en su adolescencia. Eusebio Leal se superó a sí mismo y no paró de estudiar. Cursó estudios de postgrado de restauración en Italia; hizo un máster en Ciencias Arqueológicas y en Estudios sobre América Latina y el Caribe y se doctoró en Ciencias Históricas.
Para entonces, ya Eusebio Leal era director del Museo de la Ciudad de La Habana, que había dirigido su profesor Emilio Roig de Lechsenring, quien además ha pasado a la historia por ser el primer historiador que tuvo la capital de Cuba en 1935. También en eso lo relevó su discípulo.
Pero lo que de verdad ha hecho grande a Eusebio Leal ha sido la restauración de La Habana Vieja, que comenzó en 1981, después de que hubiera restaurado el Palacio de los Capitanes Generales, sede del Museo de la Ciudad, en 1979.
Muy pronto, el sello de la eficiencia y el mimo que Eusebio Leal puso a la Historia de Cuba, empezó a notarse en la rehabilitación de la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, en el Castillo de los Tres Reyes, del Morro. Fue con su impulso, que el centro histórico de La Habana Vieja entró en 1982 en el prestigioso catálogo de la Unesco de ciudades Patrimonio de la Humanidad.
Pero eso no puso freno a sus retos. En 2010 se empeñó en culminar la recuperación del Capitolio de La Habana. A estas alturas de la historia, nadie discutía que Eusebio Leal se había ganado entrar en el olimpo de los grandes de Cuba. El poder no le alejó de la calle y los vecinos de La Habana Vieja reconocieron, de forma natural, como su alcalde (un título que nunca ostentó), a ese hombre culto que fue capaz de levantar audiencias en televisión con un programa de Historia, que, increíblemente, ha hecho historia: "Andar La Habana".
A estas alturas, Eusebio Leal ya ocupaba el sillón F de la Real Academia de la Lengua de Cuba. Pero como para él nunca hubo límites para la superación, en 2019 ingresó en la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras. ¿Qué más se le puede pedir a la vida?
Pero él quería más. Tenía el sueño de traer a La Habana una réplica de la estatua de José Martí que la escultora Anna Hyatt Huntington hizo para el Central Park de Nueva York.
Su vena conciliadora y sus dotes de hombre de consenso, lo llevaron a formar parte de la delegación cubana que en 2015, en medio del deshielo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, participaron en la reapertura de la Embajada de Cuba en Washington. También estuvo en el acto de la firma de Paz de Colombia, en Cartagena de Indias, en 2016.
Entre sus sueños y sus planes se cruzó su salud. Eusebio Leal falleció este verano víctima de un cáncer de páncreas. La Habana perdió a su historiador. Cuba perdió a un hombre que hizo Historia.
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