La situación de Cuba fue abordada en la IX Cumbre de Líderes de Norteamérica bajo el consenso de los presidentes de Estados Unidos, México y el primer ministro de Canadá en que los valores democráticos deben prevalecer en el hemisferio.
Pero no faltaron las diferencias históricas entre cómo avanzar las relaciones con la isla vecina y formular los reclamos al régimen de La Habana, según fuentes de Washington.
"Los líderes discutieron ampliamente sobre la democracia en nuestro hemisferio y su importancia, y sobre lo que podemos hacer para lograr un mayor progreso y acciones reales en la defensa de la democracia en la región", dijo el subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos, Brian A. Nichols. "Todos estamos comprometidos a asegurar que este sea un hemisferio que respete la democracia, el estado de derecho y los derechos humanos".
En una teleconferencia con la prensa, el funcionario respondió a una pregunta sobre la inclusión de Cuba y Nicaragua como temas del encuentro sostenido la víspera en Washington por los presidentes Joe Biden (EE.UU.) y Andrés Manuel López Obrador (México), y el Primer Ministro Justin Trudeau (Canadá).
Nichols explicó que el presidente Biden se refirió en particular a su preocupación por el tema de la corrupción, que socava la democracia, y abogó por hacer llegar los beneficios del crecimiento económico a todos los pueblos de nuestro hemisferio.
El subsecretario de Estado eludió entrar en detalles sobre el abordaje de la problemática cubana en la reunión tripartita, pero admitió que en ese punto el presidente López Obrador esgrimió el principio de no intervención en los asuntos internos de otras naciones.
"El presidente López Obrador comparte esos valores y creencias, aunque también declaró su opinión de que la no injerencia en los asuntos internos de otros países, que es un principio de larga data en la política exterior mexicana, es también muy importante", manifestó Nichols."Pero todos coincidieron en que la democracia debe ser el sello de nuestro hemisferio".
La reunión transcurrió en una semana cargada de tensiones entre Washington y los regímenes de Cuba y Nicaragua, ambos respaldados por México. La represión desatada por el régimen de La Habana contra los organizadores de una marcha pacífica en el país, y la manipulación de las recientes elecciones por el oficialismo en Nicaragua, encendieron las críticas de la administración Biden.
En el caso de Nicaragua, Biden calificó de pantomima el proceso electoral que sirvió para perpetuar a Daniel Ortega en el poder, y prohibió la entrada a Estados Unidos de los líderes gubernamentales nicaragüenses.
Nicaragua anunció este viernes la decisión de retirarse como país miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Sobre Cuba, las declaraciones de Washington han arreciado duramente por el comportamiento del régimen contra los promotores de la Marcha del Cambio del 15N y cualquier manifestación cívica que no se ajuste a los parámetros del oficialismo.
El propio Nichols ha sido enfático en sus críticas contra el gobierno cubano esta semana en medio de un creciente deterioro en las relaciones diplomáticas bilaterales.
Una fuente vinculada a la administración Biden dijo a CiberCuba que Cuba fue un "asunto de baja intensidad" en la reunión de la Cumbre tripartita, aunque hubo claras diferencias entre el presidente estadounidense y su homólogo mexicano.
"El embargo [a Cuba] sigue siendo un punto de diferencias sobre la política exterior de Estados Unidos", dijo la fuente que pidió anonimato. "Y obviamente hay una diferente percepción de cómo favorecer cambios democráticos en Cuba".
La X Cumbre de Líderes de Norteamérica será en la Ciudad de México el próximo año, según informó el secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard.
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