Investigadores del Parque Nacional Guanahacabibes y el Acuario Nacional de Cuba aplican técnicas de reproducción de corales en esa península de Pinar del Río, para garantizar la protección de dos especies declaradas en peligro de extinción a causa de la acción del hombre y los fenómenos naturales.
Se trata de un procedimiento novedoso de fertilización asistida de las especies Acropora palmata (conocida como cuerno de alce) y de Acropora cervicornis (cuyo nombre común es cuerno de ciervo), declaradas en peligro crítico por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, declararon a Granma especialistas que participan en el monitoreo e investigación científica de los corales.
En el proceso se emplean viveros flotantes anclados en el mar, donde, tras la fecundación, se forman las larvas de coral, que al cabo de dos o tres semanas se asientan en los sustratos colocados en el interior, para luego ser trasladados a diferentes sitios donde serán fijados en el arrecife, explicó Dorka Cobián Rojas, una de las líderes del proyecto científico.
Las labores incluyeron el monitoreo del desove de las colonias de Acropora palmata y de Acropora cervicornis, la recolección de los paquetes de gametos de ambas y el proceso de fertilización asistida, precisó la especialista.
Según el doctor Pedro Pablo Chevalier Monteagudo, otro de los participantes en el proyecto, con este método se logra un aumento de la fertilización (en Guanahacabibes se acaba de obtener más del 80%, aseguraron), se evita la depredación y, por tanto, aumentan las posibilidades de supervivencia.
En condiciones naturales, explicó el investigador, el éxito de la reproducción sexual de los corales está moderado por diversos factores como la depredación, la disponibilidad de hábitat y la competencia con otras especies, de ahí la importancia de asistir ese progreso y observar su evolución.
De acuerdo con un reportaje del canal Cubavisión Internacional, el pasado 14 de agosto los especialistas registraron por primera vez el desove de Acropora palmata en áreas costeras de la bajada. Los investigadores conectaron paquetes de gametos de tres colonias de esta especie y se realizó con éxito la fertilización asistida, confirmaron.
El 15 de agosto iniciaron el monitoreo de Acropora cervicornis de la cual desovaron 11 colonias.
Con este trabajo se prevé repoblar los sitios más afectados por el buceo y por fenómenos naturales como huracanes.
Desde 2017, varias técnicas de restauración permiten la reproducción y el cuidado de otras tres especies de corales, ubicadas en la zona de buceo conocida como “María la Gorda”, afirmó el medio oficialista.
Una de ellas consiste en la fragmentación de corales para colocarlos en estructuras hechas de tubos de PVC semejando un árbol de muchas ramas, donde crecen hasta alcanzar el tamaño adecuado para ser diseminados en diferentes sitios del arrecife.
Las labores de fecundación y repoblación han estado apoyadas por habitantes de la Península de Guanahacabibes, que han servido de guías en las expediciones submarinas, y buzos del Centro Internacional de María la Gorda.
Las nuevas técnicas elevarían las posibilidades de supervivencia de los corales de sobrevivir a los cambios ambientales naturales (huracanes, enfermedades) y a los provocados por el hombre (calentamiento del mar, acidificación del océano y contaminación).
También en playas de Matanzas instructores de buceo en Cuba lanzaron un proyecto a pequeña escala para cultivar corales y replantarlos, con la esperanza de restaurar una parte de la barrera de arrecifes en la isla caribeña. Mediante un procedimiento de repoblación parecido, "sembraron" en estructuras plásticas fragmentos de corales para su restauración.
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