El gobierno de Miguel Díaz-Canel reconoció la crisis que precariza los servicios de salud pública en Cuba y alegó carencia de ingresos en divisas para solucionarla.
Así quedó patente este lunes en el Palacio de la Revolución durante el balance del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) correspondiente al año 2022, un encuentro al que asistió el primer ministro Manuel Marrero Cruz, el viceprimer ministro José Luis Perdomo y el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda.
“La carencia de ingresos en divisas nos impide avanzar en la búsqueda de soluciones para las problemáticas más complejas que enfrentamos como país, asociadas a la producción de alimentos, la crisis energética y la adquisición de recursos que garanticen las demandas de salud de nuestra población”, dijo Marrero.
Un resumen del encuentro publicado por el medio oficialista Cubadebate indicó que entre los asistentes quedó clara la precaria situación que atraviesa el sector, cuyos indicadores han retrocedido en prácticamente todas las esferas, desde el desabastecimiento farmacéutico y de insumos médicos, hasta los índices de mortalidad infantil.
También se abordaron la ruina de servicios hospitalarios, la caída del número de operaciones quirúrgicas, la falta de personal por el éxodo masivo de migrantes (no lo achacaron a la contratación de servicios médicos en terceros países que propicia el gobierno), o la falta de ética y de preparación de muchos profesionales de la salud.
Los reunidos fueron “conscientes del impacto que el sostenido déficit de recursos e insumos médicos, [sumado al] deterioro tecnológico han tenido en el desempeño del sector de la salud pública”, según el medio oficialista, que echó mano una vez más del comodín del “recrudecimiento del bloqueo”.
“Hemos dicho que este será un año distinto pero estas causas están vigentes. Han transcurrido meses del 2023 y han sido duros”, indicó Marrero, subrayando que el sector “ha tenido que enfrentar de manera más dura el impacto del recrudecimiento de las medidas coercitivas del bloqueo, la crisis económica y la guerra mediática”.
De ahí, señaló el primer ministro, que la salud pública cubana adolezca de “insuficiente disponibilidad de medicamentos, insumos y material gastable, así como déficit de reactivos de laboratorios y vacunas”.
En su nueva estrategia comunicacional ante el agravamiento de la crisis y el deterioro de los servicios públicos y la calidad de vida de los cubanos, el régimen ha pasado de infundir ánimos a la población con la “resistencia creativa” y demás consignas, que no ha abandonado, a empezar a transmitir un panorama más realista y escéptico en cuanto a soluciones o mejorías.
A mediados de abril, cuando era imposible distraer la opinión pública del agravamiento de la crisis del combustible, a pesar de la “fiesta” que suponían para la prensa oficialista las enormes colas de autos en las gasolineras, Díaz-Canel reconocía que su administración no tenía claro cómo salir de la grave crisis energética que golpea al país.
Este lunes, en el Palacio de la Revolución, el primer ministro se sumó al “realismo” del ejecutivo y “señaló que nada avizora un cambio brusco de las condiciones financieras que hoy limitan las actividades fundamentales del país”.
“Escasez de medicamentos, insumos para prestaciones fundamentales, deterioro de la infraestructura, del equipamiento y del transporte sanitario y la migración interna y externa no despreciable de trabajadores del sector son desafíos que requieren esfuerzos superiores”, reconoció impotente Marrero.
Consciente del impacto que tiene en la población el colapso progresivo de los servicios públicos, el régimen teme que las protestas en Cuba vayan en aumento. De ahí que Marrero tratase de asumir cierta responsabilidad en el asunto, pero sin perder el tono condescendiente típico de la cúpula del régimen hacia la población.
Con los oídos todavía pitando por el nuevo reclamo de libertad escuchado este fin de semana en el guantanamero municipio de Caimanera, el dirigente expresó: “Al no sentir garantizados sus servicios básicos es lógico que la población reclame y sienta inconformidades”. No obstante, el gobierno alega no tener divisas para invertir en el sector.
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