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Demoras en la inversión obstaculizan cosecha de frijol en Cuba

La inversión en la cosecha del frijol, que es uno de los imperativos de Cuba por su alta demanda en el mercado internacional y su consumo en la isla, presenta demoras y obstáculos que peligran la productividad en ese sector.

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Este artículo es de hace 8 años

La inversión en la cosecha del frijol, que es uno de los imperativos de Cuba por su alta demanda en el mercado internacional y su consumo en la isla, presenta demoras y obstáculos que peligran la productividad en ese sector.

De acuerdo con funcionarios citados por el medio oficial Granma, la inversión en el cultivo de este preciado grano no admite demoras, al referirse a los obstáculos encontrados con la rotura de equipos pesados muy antiguos y otros factores.

Según el director de la empresa avileña de cultivos varios La Cuba, Carlos Blanco Sánchez, el frijol abarcará un área de 2.600 hectáreas, de las cuales ya se cultivaron las primeras 567, cifra que debe aumentar a 945 hectáreas a finales del presente año, con el alistamiento de una nueva máquina de riego.

"Las 2.600 hectáreas deben producir en una cosecha alrededor de 3.000 toneladas de frijol. Si el precio de cada una se mantiene a 1.300 dólares, como ha estado en los últimos tiempos en el mercado internacional, no es despreciable el dinero que Cuba dejaría de desembolsar para adquirir uno de los alimentos más demandados en la mesa del cubano", explicó el directivo.

Sin embargo, a dos años de iniciada, la inversión refleja atrasos, en lo fundamental por el alto índice de roturas de los buldóceres encargados del desbroce de marabú, arbusto predominante en la zona de desarrollo.

Blanco se refirió a "la falta de un secadero, que nos obliga a regar el grano en los viales de la empresa y la pista de aviación; y la ausencia de buenos buldóceres para acelerar el desbroce, porque los que tenemos no son suficientes".

De igual forma, Orlando Pérez Pedreira, delegado de la agricultura en la provincia de Ciego de Ávila, aclara que "en un inicio, los buldóceres no estuvieron contemplados en el plan de la inversión de Tres Marías."

"Los de la línea Komatsu, de Japón; y T-170, de la antigua Unión Soviética, tienen más de 40 años de explotación y presentan dificultades con los rodamientos, las esteras y el motor, cuestiones que no pueden resolver los innovadores, pero buscamos otras alternativas y hoy contratamos varios equipos de otros organismos para el desmonte", explica Pérez.

El funcionario también especificó que "en el caso del secadero, constituye la ruta crítica de la inversión, sin solución a corto plazo. Si en un principio las ofertas realizadas no cumplían con los requerimientos técnicos, hoy podemos decir que existen, sin embargo, no disponemos del financiamiento para la compra en el exterior. Mientras tanto, habrá que seguir secando el frijol en las carreteras y la pista de aviación".

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