La empresa estatal socialista Unión Eléctrica (UNE) de Cuba no remonta, y comunicó este lunes a sus clientes que esta semana empezará con afectaciones por déficit de capacidad de generación, o dicho en buen cubano: apagones.
“Se estima para la hora pico una disponibilidad de 2,395 MW y una demanda máxima de 2,750 MW, para un déficit de 355 MW, por lo que de mantenerse las condiciones previstas se pronostica una afectación de 425 MW en este horario”, dijo la UNE en su nota informativa de este lunes.
Afectaciones de 550 MW el lunes pasado y de 150 MW en el anterior, y dos semanas consecutivas con prolongados y frecuentes apagones debido a la crisis energética que enfrenta el país debido a la pésima gestión del ejecutivo de Miguel Díaz-Canel.
Un gobernante que salía este viernes, durante una visita a Villa Clara del secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), a reconocer que su administración no tiene claro cómo saldrá de la grave crisis energética que golpea el país, y a culpar a socios y aliados del incumplimiento de los convenios para suministrar gasolina a la Isla.
A pesar de la incertidumbre reinante en la cúpula dirigente del país, o quizás debido a ella, el gobierno cubano declaró -dos días antes del reconocimiento de su impotencia por parte del propio primer secretario del PCC- que se proponía estabilizar el sistema eléctrico nacional (SEN) en 2023.
En ese sentido, durante el balance anual del ministerio de Energía y Minas, el titular Vicente de la O Levy se refirió a la necesidad de “asegurar la generación base de las termoeléctricas, así como apostar cada vez con más fuerza en la implementación de energías renovables”.
La situación es caótica en el SEN, con termoeléctricas que no salen del bucle de averías y mantenimientos, con patanas turcas circunnavegando la isla apagada, con accidentes laborales costosos en vidas humanas y recursos, y con el aparato represor con un ojo puesto en las protestas que se originan por estos motivos.
Pero en medio de ese caos, hay algo que el régimen cubano tiene muy claro. Luz para ver al Team Asere y luz para votar en las elecciones del pasado 26 de marzo. Pasados esos dos eventos a los que se agarró el régimen para buscar cierta legitimación popular, la población vuelve a la espiral de apagones que le toca por la libreta de desabastecimiento.
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