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Lázaro Junco: "No era del agrado de los que mandaban"

"Yo estaba en plena forma física y al indagar la sinrazón de ese retiro me explicaron que era que no cabía en el ciclo olímpico y que no era mi caso el único"

Jardinero Lázaro Junco © Juan Moreno / Juventud Rebelde
Jardinero Lázaro Junco Foto © Juan Moreno / Juventud Rebelde

Con Lázaro Junco conversé por casi dos décadas y me enorgullezco de ser la única periodista que lo hizo sonreír y ese hecho se materializó una vez, delante de la cámara de Ángel Melis, cuando rompí su hermetismo haciéndole cosquillas en el estómago… “¡ay Julita!” me dijo el toletero mientras yo daba saltos de alegría antes de preguntarle por su último cuadrangular.

18 Series Nacionales de Béisbol, 405 jonrones, ¡cuánta historia en el gigantón matancero!

El solo visitar un dugout, adentrarme en el terreno de juego, recibir el calor del público, ya sea en Matanzas como en cualquier otro estadio de Cuba, es el mejor de los recuerdos, la mejor historia.

Dentro de esos casi 20 años guardo en mi corazón haber sido campeón con Citricultores y doble titular con Henequeneros: aquellos Henequeneros combativos de José Estrada, Fernando Sánchez, Julio Germán Fernández, Eduardo Cárdenas, Carlos Kindelán, Juan Manrique, Jorge Luis Valdés, Carlos Mesa, dirigidos por Sile Junco… ¡qué equipazo!

Y por supuesto, haber sido el primer cubano en alcanzar la cifra de los 400 jonrones. Ese batazo se lo di al lanzador Alberto Pavón, en mi “Victoria de Girón”, en mi casa, ante mi gente jugando contra Isla de la Juventud.

Estadísticas elaboradas por Yaser Vázquez

Lázaro Junco conectó su cuadrangular 400 el 27 de enero de 1996 en la trigésimo quinta Serie Nacional de Béisbol. El número 100 en el mismo parque en 1984 contra Lázaro de la Torre; el 200, en el “Mártires de Barbados” de Bayamo teniendo como oponente al minero Abigaíl Escalona mientras el 300 se lo dio al estelarísimo José Ibar.

El cuadrangular 371 que rompería el hasta entonces récord de Antonio Muñoz lo bateó el 10 de mayo de 1988 en la Serie Selectiva 14. Con una frecuencia envidiable ningún aficionado cubano ponía en duda que el espigado yumurino sería el primer cubano en botar 500 pelotas más allá de las cercas en nuestro pasatiempo nacional.

Mira Julita, tú mejor que nadie sabía que ese era mi sueño. Vestir la franela del equipo CUBA para mí era un orgullo pero llegar a los 500 cuadrangulares… ¿para qué?

Estadísticas elaboradas por Yaser Vázquez

Sueño que se vio roto por el descabellado retiro masivo que afectó a un buen número de excelentes jugadores por el solo hecho de estar “viejos”.

¿Viejo? Yo solo tenía 33 años. De hecho, me entero al llegar a Cuba pues me encontraba jugando en el extranjero, y no podía creerlo y menos asimilarlo. Yo estaba en plena forma física y al indagar la sinrazón de ese retiro me explicaron que era que no cabía en el ciclo olímpico y que no era mi caso el único.

Yo había cerrado mi anterior campaña con excelentes logaritmos: 23 jonrones, 80 impulsadas y 323 de promedio. Por tanto, no estuve de acuerdo e hice lo que me exigieron: ganarme un puesto en las municipales y luego en la provincial. Lo hice con creces. La burla fue total pues al lograr mi empeño me dijeron claramente que tenía que retirarme, me dejaron sin opciones, me obligaron, como a tantos otros peloteros que en ese momento estaban en muy buena forma deportiva para jugar al béisbol.

No sé si caía mal pero puedo asegurarte que no era del agrado de los que mandaban. Nunca le reí la gracia a nadie, no andaba detrás de ellos para nada. Sólo puedo asegurarte que fueron muy injustos. Yo esforzándome día a día, tratando de conectar cada vez un jonrón más y ellos, privándome de toda posibilidad de llegar a los 500 cuadrangulares. Y lo siento por mí, pero más por mi equipo y las aficiones matancera y cubana.

Lázaro Junco no pensaba en el CUBA para los Juegos Olímpicos sino en su provincia y ni aún así le permitieron jugar en un país que se enorgullece de pregonar que “el deporte es un derecho del pueblo”. Lo mismo sucedió con Víctor Mesa que aún podía robarse el home y ni siquiera lo dejaron aspirar a ir a Atlanta 96.

Con tu estatura podías haber sido voleibolista, basquebolista ¿por qué béisbol?

No estás mal encaminada, pues lo primero que practiqué fue precisamente voleibol y baloncesto pero una lesión en la rodilla no me permitió seguir. Entonces, por puro embullo comencé a jugar pelota en el barrio. No fui a ningún centro de alto rendimiento, soy producto de la masividad; todo lo que sé lo aprendí en el camino, por las calles y parques populares.

¿Tu primer entrenador? ¿Primer terreno que pisaste?

Mi primer entrenador fue un vecino del barrio que jugaba la provincial por Limonar; no recuerdo su nombre. Así fueron mis primeros pasos. Te confieso que le tenía miedo a la pelota. ¡Imagínate! Después fue ella la me cogió miedo a mí. El primer terreno fue el “Emiliano Ayón” de Limonar, del cual atesoro gratos recuerdos.

¿Qué recuerdas de aquellas reñidas SNB, a estadios llenos; rivalidad Industriales-Henequeneros, por ejemplo?

Si te soy sincero, y sin ofender a nadie, aquellas series no tienen nada que ver con las que ahora se desarrollan. Antes había más entrega, el uniforme tenía un valor, un gran valor; el vestir la franela de las Cuatro Letras era el máximo orgullo. Ahora no es así, hay otros sueños que se ajustan al mundo actual. No critico a nadie.

Y lo que había entre azules y aurinegros era una cosa bonita, había béisbol de calidad, éramos encarnizados rivales en el terreno; pero una vez concluido el juego, éramos amigos. Yo guardo los mejores recuerdos y amistades de esa época.

Otra raya más para el tigre sucedió cuando un grupo de peloteros de la MLB visitó en 2015 el estadio Victoria de Girón y a ti no te invitaron a estar junto a ellos; entonces, los aficionados en las gradas reclamaron a gritos tu presencia.

Mira Julita, para mí fue algo grande saber que ese pueblo me seguía queriendo. Fue un jonronazo que el pueblo me ayudó a darle a los que dirigían en ese momento el béisbol cubano. Además, recibí palabras de elogio de todos los jugadores visitantes, en especial de Joe Torre, miembro del Hall de la Fama y directivo de la MLB, que venía al frente de la comitiva.

Afortunadamente tuve la oportunidad de ver lo que sucedió en el parque yumurino a pesar de no ser trasmitido por la TVC ¡hasta ese punto es el miedo! El pueblo que estaba en las gradas empezó a corear el apellido de Junco, las estrellas de la Gran Carpa se unieron al aplauso y se hizo justicia con ese gran toletero cubano en aquella ocasión.

Tú sabes lo que es decirme que “me habían olvidado sin querer”; por eso les contesté: “si ustedes no me quisieron ver, no me quisieron invitar, eso es problema de ustedes; ahora estoy más orgulloso por fue la gente, mi gente, la que me bajó aquí y no ustedes”.

Tú sabes lo que es que dijeron que no me habían invitado a bajar al terreno porque andaba en short y camiseta cuando yo jamás me visto así. Por suerte me retraté con varios y puedo demostrar lo que digo: pitusa, un pulóver y una gorra.

Momento del encuentro de Junco con dirigentes de la MLB en 2015 / Foto José Raúl Concepción (Cortesía)

Y después de ese momento inenarrable que viviste ¿qué pasó con los peloteros profesionales?

Me fui para el jardín izquierdo y compartí con Yasser Puig y Miguel Cabrera y Puig le decía al venezolano “que esos jonroncitos que él daba en las Grandes Ligas no eran comparados con los míos, que se iban por encima de las gradas del estadio.” Cabrera le dijo que él era fanático a mí, que sabía de mí desde jovencito cuando me decían el Niño y jugué en Venezuela integrando un equipo CUBA.

Pelota cubana actual con el éxodo constante de jugadores ¿a dónde vamos a parar?

Esa respuesta no puedo dártela porque no me parece que haya un buen final salvo que cambien muchas cosas. Me parece difícil cambiar la situación porque para los mejores talentos emigrar es la salida más llamativa.

Junco, ¿equipo Todos Estrellas?

En el cuadro, Antonio Muñoz, Antonio Pacheco, Germán Mesa y Omar Linares; en los jardines, Armando Capiró, Víctor Mesa y Luis Giraldo Casanova.

Receptor, Juan Castro y lanzadores Braudilio Vinent y Pedro Luis Lazo. Añado a otros peloterazos como Pedro José Rodríguez, Orestes Kindelán y Frederich Cepeda.

¿Qué hace actualmente Lázaro Junco?

Desde que nos vimos la última vez, yo trabajo en la EIDE provincial aunque en estos momentos soy el entrenador de bateo del equipo Matanzas que discute la semifinal de la Serie Nacional.

¿Cómo vives, qué tienes, te pagan lo que hay que pagar?

Ahora sí me dan deseos de reír. Tú sabes: un apartamento, una motorina para poder moverme en una ciudad en la que escasea el transporte y yo vivo en el Naranjal Norte, lejos del centro ¡ah! y del salario mejor no hablar. ¿Qué haces en estos tiempos con tres mil 400 pesos?

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos

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