Los obispos católicos de Cuba presentaron el Plan Pastoral de la iglesia cubana hasta el año 2030 y subrayaron que el país probablemente se encuentra en la actualidad “en la crisis más grave de los últimos decenios”.
“Esta propuesta llega contemporáneamente con la vivencia de uno de los momentos más difíciles de la historia patria. Estamos probablemente en la crisis más grave de los últimos decenios”, indicaron en su sitio web los líderes de la religión católica en el país.
Conocedores de los problemas y angustias que atraviesan los fieles y la inmensa mayoría de los cubanos, los obispos afirmaron que “las carencias de alimentos y medicinas han alcanzado niveles nunca antes vistos entre nosotros”.
“Hay una inflación y un malestar crecientes con una carga significativa de agobio, desesperanza y desidia. Nuestras comunidades y agentes pastorales participan del cansancio que genera el subsistir diario en Cuba”, apuntaron.
Reunidos para trazar el plan de acción pastoral (conjunto de actividades mediante las cuales la Iglesia realiza su misión), los supervisores de la fe católica en la Isla denunciaron la persecución de las ideas bajo el régimen totalitario y de la libertad de expresión en general.
“No se reconoce suficientemente la riqueza que supone para la nación la pluralidad de pensamientos, opiniones e ideas, cada vez más presentes entre nosotros”, dijeron.
Asimismo, pusieron el foco en otros síntomas del malestar generalizado de la población ante la crisis y la incapacidad de los gobernantes para ofrecer soluciones.
“Para un sector importante del pueblo, sobre todo jóvenes y personas capacitadas, la salida que vislumbran es la emigración. El dolor por la falta de espacios y propuestas concretas que aseguren un presente y futuro de bienestar y esperanza, nos hace vivir desmotivados para emprender proyectos comunes y desconfiados sobre la viabilidad de los mismos”, señalaron.
El diagnóstico ofrecido por los prelados incluyó también el alarmante “aumento de la inseguridad ciudadana”, así como el todavía “más profundo deterioro de los valores morales, la no percepción del bien y de la verdad, y la adhesión a los mismos”.
“Quizás una cierta apertura en el emprendimiento privado, con el consiguiente cambio de mentalidad sobre el valor de estas iniciativas, sea el elemento más significativo de una transformación que se gesta, tan anhelada en otros ámbitos por muchos cubanos”, expresaron los obispos en una nueva muestra de su talante diplomático y la centralidad de la fe en su visión del mundo.
A finales de abril, el gobernante Miguel Díaz-Canel se reunió con representantes de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, como parte de los encuentros con diferentes sectores tras su ratificación en el cargo.
Reunidas en el Palacio de la Revolución, ambas partes abordaron temas "relacionados con la labor de la Iglesia Católica, la situación socioeconómica del país, el fortalecimiento de valores en la sociedad, entre otros asuntos de interés común", según el diario oficialista Granma.
Según la opinión de muchos analistas, es probable que en la reunión se haya abordado el tema de la excarcelación de presos políticos, sobre todo de condenados por las históricas protestas del 11-J; pero este extremo no fue confirmado por ninguna de las dos partes.
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