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China-Cuba 2007: Un año fructífero

El comercio entre China y Cuba creció en 2007 un 23 por ciento sobre la cifra de 2006, por lo que superó con creces los dos mil millones de dólares.


Este artículo es de hace 16 años

El comercio entre China y Cuba creció en 2007 un 23 por ciento sobre la cifra de 2006, por lo que superó con creces los dos mil millones de dólares. El gigante asiático se consolidó así como el segundo socio comercial de la isla caribeña, después de Venezuela, pero también como el principal cliente de los productos cubanos, entre los que se incluyen el níquel y el azúcar. Según las propias autoridades chinas, a pesar de ser Cuba un país de sólo 11,5 millones de habitantes, ya se sitúa entre los 10 primeros socios comerciales en América Latina y es el primero de la zona del Caribe. En la XX sesión de la Comisión Intergubernamental China-Cuba, efectuada en diciembre en Beijing, el ministro cubano de Gobierno Ricardo Cabrisas dijo que 2007 fue un año fructífero en el desarrollo de las relaciones económicas bilaterales. Los intercambios comerciales fueron uno de los protagonistas en estos lazos cada vez más estrechos y dinámicos, con un énfasis también creciente en una cooperación intensa en los más disímiles sectores. Ambos países también colaboran y mantienen intercambios en campos tales como el transporte, la biotecnología, la agricultura, la informática y las telecomunicaciones, la educación, la salud pública y las ciencias. China es el suministrador de Cuba de equipos y productos destinados a importantes programas que se impulsan en la Isla, tales como el de la revolución energética, y el consagrado a dotar a cada familia de un módulo de eficientes equipos electrodomésticos. Las corporaciones chinas se han asentado sólidamente en el mercado cubano con la venta de más de un millar de ómnibus para el traslado de pasajeros, de locomotoras y de otros medios de transporte. En algunos terrenos, el significado de la colaboración es difícil de traducir en cifras y porcentajes, como en lo que se refiere a la salud pública y la educación. Desde diciembre de 2006, China y Cuba lanzaron un programa oftalmológico con la inauguración en Xining, provincia de Qinghai, de un hospital especializado en dolencias oculares, el cual ha brindado servicios a decenas de miles de pacientes chinos. Otro centro hospitalario aún mayor, de 112 camas, será inaugurado en 2008 en Hebi, provincia de Henán, también dotado de los más modernos equipos y con un personal formado por especialistas cubanos y médicos chinos. Existe también en proyecto otro hospital similar en Datong, al oeste de Beijing, en la septentrional provincia de Shanxi. El impacto social de estos centros asistenciales, previstos para un alto nivel de excelencia en sus prestaciones, es difícil de calcular en alejadas regiones, donde la población nunca había tenido acceso a estos servicios oftalmológicos. El año 2007 también marcó las primeras graduaciones de estudiantes chinos de español en Cuba, en un novedoso programa que ya supera el millar de educandos de la nación asiática. Así, 207 jóvenes bachilleres chinos recibieron en octubre pasado sus diplomas y otros 97 estudiantes de nivel más avanzado concluyeron con éxito un curso de perfeccionamiento en idioma español. Esta tarea proseguirá durante los próximos cuatro años, con la incorporación de un millar de nuevos estudiantes chinos cada año. Los dos países también colaboran en biotecnología, gracias a la existencia de empresas mixtas de este sector en la nación asiática, en las cuales los biólogos isleños aportan su reconocida experiencia. Paralelamente a la reciente reunión de la Comisión Intergubernamental, empresas de ambas naciones firmaron un contrato para la transferencia de tecnología y producción en Cuba de biosensores de glucosa, para el uso de los pacientes diabéticos. Los dos gobiernos suscribieron, además, un memorando sobre energías renovables y ahorro energético, el cual abrirá un nuevo camino para la cooperación en tan importante sector, cuando los combustibles fósiles del planeta se agotan rápidamente. Todos estos pasos entre naciones tan alejadas geográficamente son reflejo del nivel alcanzado por Beijing y La Habana en sus relaciones políticas y gubernamentales. El flujo constante de intercambios caracterizó 2007 con la presencia frecuente en ambas capitales de personalidades de alto nivel de los dos países, lo cual garantizó una atmósfera de diálogo permanente y de intercambios de opiniones.Fuente: Por Julio Hernández, Prensa Latina

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