Precariedad y abandono. Son las condiciones de vida que, gracias al testimonio de una cubana residente en el poblado La Bajada, del Cabo de San Antonio, hemos podido conocer padecen los ciudadanos que allí habitan. Lejos de todo atractivo turístico y riqueza natural, esta persona refiere un desamparo total y ausencia de electricidad 20 horas al día.
Según comenta, las autoridades de La Habana niegan competencias en la zona y las de Pinar del Río refieren no poder darle solución a los problemas.
En el poblado solo disponen de cuatro horas de electricidad al día: de 8 a 12 de la noche, lo que trae aparejadas las molestias causadas por los mosquitos y la consecuente incomodidad de los niños que no quieren acudir a los colegios. Existen otras muchas carencias y limitaciones que no refiere la persona grabada pero que todos podemos suponer cuáles son sin mucho margen a la equivocación.
Las casas y las carreteras, que han sufrido los embates de las tormentas tropicales, se encuentran dañadas y sin las vías establecidas para restaurarlas y devolverlas a condiciones de confort y habitabilidad.
Esta señora expone abierta y relajadamente la situación de su comunidad cuando una -presumiblemente- vecina del mismo poblado la interrumpe y la obliga a parar de hablar y anima a que borre lo grabado.
Afortunadamente, una fuente anónima nos ha cedido lo que pudo grabarse antes de la interrupción censuradora y podemos compartirlo con nuestros seguidores, para intentar que el testimonio llegue lo más lejos posible y con su difusión ayudar a que se solucione los problemas de quienes viven en este occidental poblado.
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