Foto de: YouTube

Un bar escondido en una de las tantas callejuelas oscuras de La Habana Vieja. Apretado entre dos grandes edificios, el íntimo bar de poquísimos metros cuadrados, se eleva en tres altos niveles y se compone mayormente de estructuras de madera y escaleras muy inclinadas. Aunque no es recomendado para claustrofóbicos por la estrechez que lo distingue, es un sitio ideal para compartir algunas cervezas, piñas coladas y tapas criollas entre amigos. Colinda con la colonial Plaza del Cristo y, si no lo delatara la larga cola que diariamente se forma para entrar, podría pasar desapercibido para el transeúnte.