
Breve pero con estela fue el paso del Premio Nóbel 1999 Robert Mundell por la capital cubana, al abrir la polémica en una de las sesiones de X Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo. En su conferencia Gerencia de la economía global, el canadiense impactó por su propuesta de una moneda universal, sus criterios sobre la importancia de China y su visión optimista acerca de las perspectivas de la economía estadounidense para este año. Uno de los economistas más influyentes del presente, colaborador del presidente norteamericano Ronald Reagan, asesor de la Comunidad Económica Europea y uno de los padres del euro, Mundell reconoció la crisis del sistema monetario implantado en Bretton Woods en 1945, que dio supremacía al dólar como moneda mundial. Hoy se ha perdido confianza en el billete verde, reconoció al comentar los mínimos valores de éste frente al euro. Entre sus propuestas sobresale el INTOR, una nueva moneda internacional a partir de una canasta integradora del dólar, el euro, el yen y la libra esterlina, que siente las bases de un renovado sistema monetario en el planeta. Habló del despertar de China como potencia, a partir de las cambios iniciados en 1978, que la convirtieron en una economía socialista de mercado y destacó como el proceso se realizó desde las empresas estatales, a diferencia de otros países que tras la senda neoliberal desmantelaron el sector público. Sus juicios devinieron polémicos al manifestarse optimista sobre el comportamiento de la economía estadounidense y las posibilidades de una recesión, como advierten de modo casi general numerosos economistas del orbe. Habrá una recuperación de la economía a partir del tercer trimestre, luego de una mitad de año con estancamiento o números negativos en el crecimiento, auguró. Ante especialistas de 42 países y 21 organismos internacionales presentes en el foro, consideró que no se debe dramatizar la crisis inmobiliaria, tampoco el descenso del valor del dólar, pues dijo que el sistema puede asimilarlo. Sin embargo, reconoció que una desaceleración global por demasiado tiempo podría conducir a una crisis económica mundial. Ejemplo de la pluralidad que caracteriza la cita, Mundell se manifestó contrario a los criterios de que el déficit fiscal de Estados Unidos y sus elevados gastos militares son de alto perjuicio para ese país y la economía internacional. El catedrático mexicano Oscar Ugarteche refirió, en comentarios contrapuestos, de que lo esencial es que este no es sólo un asunto económico, sino de justicia, "pues estamos cargando en el resto del mundo un problema que nos es nuestro".Debemos cambiar el orden global para producir uno más justo, sentenció. Orlando Caputo, de Chile, ubicó el tema dentro de la crisis estructural que sufre el capitalismo y al valorar que han existido seis crisis cíclicas en las últimas tres décadas, la que se avizora podría ser la más cruda. Las consecuencias serán catastróficas, dado el fenómeno de la globalización y el dominio de las transnacionales productoras de bienes y servicios, en su mayor parte de Estados Unidos, afirmó. La crisis norteamericana de las hipotecas de alto riesgo (subprime) es un problema serio, no debe verse a la ligera, aseveró Caputo, y aseguró que aunque el sistema la corrija o absorba, las deformaciones son tan profundas que al final la solución deberá ser revolucionaria. Todavía, un día después y sin la presencia de Mundell, los participantes del foro se encargaban de discutir sus criterios y propuestas, siempre polémicas, pero defensoras del status quo del capitalismo Fuente: Granma
Comentarios
Archivado en: