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Adolfo Llauradó será evocado en una puesta de Teatro El Público

Homenaje al desaparecido actor Adolfo Llauradó en la sala que ahora lleva su nombre, mediante la nueva puesta de Carlos Díaz y el protagónico del joven Léster Martínez en el papel de uno de los grandes intérpretes del teatro, el cine y la televisión.

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Este artículo es de hace 15 años

El grupo de Teatro El Público vuelve por sus fueros y rinde homenaje al desaparecido actor Adolfo Llauradó en la sala que ahora lleva su nombre, mediante la nueva puesta de Carlos Díaz y el protagónico del joven Léster Martínez en el papel de uno de los grandes intérpretes del teatro, el cine y la televisión. A través de ¡Ay, mi amor!, descrita como "una descarga de Adolfo Llauradó", cuyo estreno fue este sábado 8 de marzo y permanecerá allí hasta el 30 del presente mes, el recuerdo del inolvidable actor parece tomar cuerpo y pasearse por sus dominios escénicos, ubicado en una compleja época pretérita, a través de un argumento reconstruido —podríamos decir rescatado— a partir de grabaciones de Llauradó, junto a elementos aportados por su familia. Al hacer este papel que, se dice, remeda al shakesperiano padre de Hamlet, Léster, de 27 años de edad y 10 de ellos trabajando en el Teatro El Público, donde esperó su graduación, se muestra admirado de "conocer visceralmente a Llauradó, un trabajo que ha sido muy duro para mí", partiendo de memorias, recuerdos y vivencias dichas con palabras del gran actor. Quienes han presenciado los ensayos de esta pieza de 90 minutos apuestan por la credibilidad interpretativa de este joven, quien, como es obvio, no pudo coincidir generacionalmente con su antecesor, pese a lo cual parece haber aprehendido la esencia del personaje: "La imagen que Llauradó dejó de sí mismo", según Norge Espinosa. "Un niño quiere ser actor —explica al respecto una nota al programa circulada por La Casona de Línea—, siente los tiros del Moncada y lo recuerda como otros tantos motivos emocionales. Sale de Santiago de Cuba y llega a La Habana; comienza una historia de triunfos. "El niño se llama Adolfo, es nuestro gran Adolfo Llauradó que a manera de descarga nos dice: "Ay, mi amor". Es la eterna descarga que otro joven actor que no lo conoció nos trae a las tablas como material escénico de vida". Para ese mismo sábado 8, Argos Teatro, por su parte, anunció desde su sede de Ayestarán y 20 de Mayo, otro estreno, Fango, de Irene Fornés con puesta de Carlos Celdrán, mientras, también en la Llauradó, estará durante marzo Baile sin máscaras, de la compañía Rita Montaner. Comedia esta última de Junior García Aguilera, con dirección y puesta en escena de Eduardo Eimil Mederos, en ella dos parejas se reúnen para romper tabúes e inhibiciones, pero se irá develando un mundo de secretos y mentiras que los llevará a un final inesperado. En este mismo escenario de La Casona, se presentará del 18 al 27 de este mes Puerto de Coral, de Máikel Chávez por el grupo de Teatro Pálpito y un atractivo elenco: Corina Mestre, Beatriz Viña, Tamara Venereo y Yanay Penalba, "cuatro mujeres de la Cuba profunda que tratan de cambiar el rumbo de su existencia en una agitada madrugada".

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