Diversas instituciones artísticas y culturales de la República Bolivariana de Venezuela, encabezadas por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura y la Fundación del Teatro Teresa Carreño, rendirán merecido homenaje a la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, en ocasión del aniversario 60 de su primera visita a ese país con el hoy Ballet Nacional de Cuba, compañía de la cual ha sido máxima inspiradora desde su fundación el 28 de octubre de 1948. Los venezolanos han querido recordar que fue Venezuela el primer país del continente visitado por la gran danzarina y su conjunto, como parte de su histórico empeño por llevar el arte del ballet a toda Latinoamérica y mostrar al mundo lo que los artistas de esta región podían aportar al universo del ballet. El 12 de noviembre de 1948 debutaría la Alonso en el Teatro Municipal de Caracas, precisamente con Giselle, obra con la que no solo había logrado ya la consagración internacional, sino también probar que las grandes obras balletísticas de la tradición romántico-clásica no serían más patrimonio exclusivo de los intérpretes europeos. A partir de esa primera visita, ella estableció estrechas relaciones con los artistas más talentosos de la danza venezolana, entre ellos Vicente Nebrada, Tulio de la Rosa, Graciela Henríquez e Irma Contreras, quienes iniciaron su vida profesional como integrantes del elenco cubano a principios de la década del 50. Con las presentaciones en 1951 y 1952 con su compañía y como artista invitada, en 1957 y 1958, del Ballet Nacional de Venezuela, fundado por Margot Contreras, figura clave en el desarrollo del ballet en el hermano país, Alicia dejó imborrables huellas en la sensibilidad artística de los venezolanos, con sus legendarias interpretaciones de clásicos como La fille mal gardée, Coppélia, El lago de los cisnes, Don Quijote, Cascanueces, y en creaciones contemporáneas como Las sílfides, La muerte del cisne, Lydia, Delirium o Romeo y Julieta, acompañada por partenaires de tan alto calibre como Igor Youskevitch y Royes Fernández. En 1959 la Alonso volvería a Venezuela al frente del recién reorganizado Ballet Nacional de Cuba, como Embajadora Cultural del Gobierno Revolucionario; y en 1975, luego de un injusto alejamiento de casi 16 años motivado por la política de bloqueo a Cuba instigada por los Estados Unidos. Puntos culminantes de esa última visita fueron el homenaje que en el Teatro Baralt de Maracaibo le tributara la Universidad del Zulia y la función en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela, con sede en Caracas, donde un público multitudinario aclamó hasta el delirio su interpretación de Yocasta, en el Edipo Rey, de Jorge Lefebre. En 1977, como artista invitada del Ballet Internacional de Caracas, regresaría la Alonso a Venezuela, para revalidar sus lauros con antológicas interpretaciones de La Peri y el adagio del II acto de El lago de los cisnes. El 1 de febrero de 1983, en el Poliedro de Caracas, nuestra ilustre compatriota se despediría de los venezolanos como intérprete con el pas de deux Espartaco, de Azari Plisetski. Antes les había regalado sus antológicas creaciones de Carmen, Nos veremos ayer noche, Margarita y La Diva. En estas seis décadas de fructífera cercanía y bajo su sabia guía, han sido innumerables los intercambios entre los movimientos danzarios de ambos países, que han incluido las esferas de la metodología de la enseñanza del ballet, la creación coreográfica, la crítica, la historia y la teoría de la danza, así como la presencia de los más afamados representantes del ballet venezolano en las diferentes celebraciones del Festival Internacional de Ballet de La Habana. Los días 2, 3, 8 y 9 de agosto, el Ballet del Teatro Teresa Carreño llevará a la escena la versión coreográfica de Giselle, realizada por la Alonso y que desde hace varias semanas preparan las maitres cubanas Mercedes Vergara y Ana Leyte, hasta la llegada de la coreógrafa para pulir los detalles de la puesta. En los próximos días viajará a Caracas una amplia delegación del Ballet Nacional de Cuba, que incluye, entre otros, a los bailarines Joel Carreño y Javier Torres, quienes tendrán a su cargo los roles principales de la obra, junto a las venezolanas Cristina Gallardo y Cristina Amaral. El homenaje nacional de Venezuela a Alicia Alonso incluirá, además, un concierto especial, dirigido por el aclamado maestro Gustavo Dudamel, exposiciones fotográficas y de documentos relacionados con sus visitas a ese país, proyecciones de filmes y videos, conferencias y un ciclo teórico sobre el papel desempeñado por América Latina en el ámbito del ballet mundial. Una vez más, mediante el lenguaje universal de la danza, se harán patentes los lazos de histórica hermandad entre los pueblos de Cuba y Venezuela.
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