| 26/07/2008 - 12:01pm (GMT-4)
El béisbol cubano emprende rumbo a Beijing con dos misiones: ganar
su cuarta medalla de oro y ayudar a que la disciplina regrese al menú
olímpico en el futuro. Beijing será la última olimpiada
para el béisbol, eliminado de la programación de los Juegos de Londres
2012. Cuba ha ganado tres de las cuatro medallas de oro desde que el
deporte fue incluido oficialmente en Barcelona 1992. La otra la ganó
Estados Unidos. "Todos los equipos estamos comprometidos
en dejar una buena imagen del béisbol para que el Comité Olímpico
Internacional reconsidere su decisión de eliminarlo del programa", dijo
a la AP el antesalista cubano Michel Enríquez. El
béisbol es el deporte nacional de Cuba, y los logros de su selección
son motivo de orgullo para el país. Por lo tanto, su exclusión de las
olimpiadas es un golpe duro. El talentoso intermedista
Yulieski Gourriel auguró que la afición cubana "va a perder interés en
los Juegos Olímpicos sin el béisbol, es el pasatiempo nacional y lo que
más sigue". Para el guardia Rafael Mendoza, quien habla
de béisbol a todas horas, "unos Juegos sin béisbol nunca va a ser
igual" porque "para los cubanos es la medalla que no puede faltar, la
que más esperan y más disfrutan". Si definitivamente es el último torneo olímpico de béisbol, Cuba hará todo lo posible por darle la despedida con un triunfo. En Beijing "no tenemos otra opción que no sea ganar", declaró el manager cubano Antonio Pacheco. Por
años indomable, Cuba sufrió dos derrotas frente a Estados Unidos, su
eterno rival en el mundial de béisbol aficionado en 2007 y en el
preolímpico de las Américas en 2006. "El equipo tiene
que batear más, hacerlo sobre todo con inteligencia, mejorar la técnica
y el pensamiento táctico", afirmó Pacheco durante un entrenamiento en
el estadio Latinoamericano de la capital. En Beijing, la
novena de la isla tiene ansias de demostrar que su béisbol no está en
crisis y que sus múltiples victorias anteriores no fueron pírricas. Pacheco
con la ayuda de Orestes Kindelán, el hombre que más cuadrangulares
(487) conectó en el béisbol cubano, elaboraron un trabajo especial para
que los bateadores recuperen el potencial ofensivo. Gourriel,
uno de los que se quedó sin pólvora en el madero en sus últimas salidas
internacionales, consideró que la isla buscará "borrar la imagen de los
últimos torneos". La novena de la isla perdió el invicto que inició en el 2001 cuando Japón la venció en la final del Clásico Mundial (2006). Canadá, China, Corea del Sur, Cuba, Estados Unidos, Holanda, Japón y Taiwán lucharán en el torneo de Beijing. Pacheco,
capitán de la novena campeona en los Juegos Olímpicos de 1992 y 1996,
afirmó que su equipo tiene una "defensa sólida" e "impresionan con el
amor que el imprimen al juego de béisbol". Sin embargo,
manifestó que "necesitan pensar en el terreno como los profesionales,
anticiparse a las jugadas" además admitió sin rodeos que "el pitcheo es
lo más débil a pesar de jóvenes talentos" a quienes hay que "inyectarle
experiencia". El as de la rotación será Pedro Luis Lazo,
quien brilló en el primer Clásico Mundial. El derecho se caracteriza
por su control, una recta de hasta 93 millas y una curva de 85, además
de un ritmo acelerado de lanzamientos. "Oír el himno de tu país en el podio olímpico es la emoción más grande", afirmó Lazo. Otro
experimentado es Norje Luis Vera, de 37 años, y destacan Jonder
Martínez y el zurdo Yulieski González, líderes de la pasada serie
nacional. Varios jugadores de la isla probaron suerte en
Estados Unidos, entre ellos dos de los mejores pitchers del país, José
Ariel Contreras y Orlando "El Duque" Hernández. Pero en
un país donde el béisbol es "pasión y cultura", el presidente del
Comité Olímpico Cubano, José Ramón Fernández, aseguró que la disciplina
se mantendrá como "una prioridad... esté o no en el programa de los
Juegos Olímpicos". Pero para Gourriel y Enríquez "la
motivación no será la misma" y agregaron que "el Clásico es un torneo
sin precedente, pero los Juegos Olímpicos son grandiosos, no hay nada
comparable". Mientras la selección se prepara para el
adiós olímpico del béisbol, el niño de ocho años Yosvani Ramírez lanza
y batea sin descanso en la escuela de béisbol de un municipio
capitalino, y sueña con poder subir a un podio olímpico en el futuro. "Yo también algún día iré a unos Juegos Olímpicos, el béisbol volverá, sino no sería justo", reclamó. Fuente: ESPN Deportes.com