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01/08/2008 - 6:29pm (GMT-4)
La violencia es una forma de ejercicio del poder mediante el empleo de
la fuerza en distintas variantes y que implica la existencia de poderes
reales o simbólicos que adoptan las formas de roles. La violencia de
género fue definida en 1998 como el ejercicio de la violencia que
refleja la asimetría existente en las relaciones de poder entre varones
y mujeres, y que perpetúa la subordinación y desvalorización de lo
femenino frente a lo masculino.
Recientemente se hizo un estudio en el municipio Moa (al este de Cuba),
específicamente en un barrio donde existe altos índices de violencia, y
se determinó a partir de él que:
• Existe poca información acerca de la violencia de género.
• Ambos sexos rechazan a las personas que ejercen la violencia.
• Continúan sufriendo la violencia las mujeres y los hombres perpetrándola.
• La “debilidad” de la mujer es la causa de la violencia de género.
• Se mantienen estereotipos como: “el hombre es el más violento”, “la violencia se debe a la fortaleza del hombre”.
• “la mujer debe ser tierna, generosa y amorosa, y el hombre fuerte, inteligente y compañero”.
La música y su mensaje
La música es una de las actividades sociales del hombre y aparece
relacionada con el surgimiento y desarrollo de la sociedad. Las artes
conforman sistemas de comunicación específicos del ser humano que
trasmiten una información estética.
En el caso de la música, son las relaciones entre sus partes las que
trasmiten esta información estética. El mensaje de una canción es vital
para el ser humano, por la influencia que ejerce desde varios puntos de
vista en nuestra forma de actuar, de pensar, de aumentar nuestros
sentimientos. El texto escrito constituye junto con su soporte musical
una representación estética, sensible, concreta, de la realidad en que
surge; es individual, singular, irrepetible; a través de su prisma el
autor nos trasmite vivencias ricas en percepciones, ideas, emociones y
vivencias, todo en dependencia del contexto social en que este se
desarrolla.
El texto musical usa —igual que la literatura— la lengua como material
de construcción. El mensaje que porta se subraya con la música, y la
vivencia estética del receptor tiene como base percepciones sensoriales
inmediatas, en lo fundamental acústicas, las cuales se complementan con
la descodificación del código lingüístico utilizado, aunque es válido
reconocer que, en muchos casos, este resulta absolutamente secundario,
por eso no percibimos la carga emotiva de una pieza en otro idioma. De
ahí que el lenguaje literario y el musical interactúan para transmitir
sentimientos y razonamientos humanos de forma estética y que, en ese
contexto, resulte inútil escindir uno de otro para su análisis.
Frente a la especificidad de lo discursivo en la música; esta tiene
mayor discursividad cuando estamos en presencia de géneros y
estilísticas cercanos a la canción, o cualquier música que contrasta
arcos melódicos más pronunciados y grandes secciones con tonalidades de
distintos tipos; pero los sones, las rumbas y otras expresiones
bailables o abruptamente desmontadoras, no son precisamente discursivos
en su música, sino bien segmentados contrapuestos, o con sus elementos
yuxtapuestos, aunque factibles de ser muy ingeniosos dependiendo del
alcance del creador; en ocasiones están mezclados con elementos de la
canción, a veces también “duros”, y se prestan para todo tipo de
expresiones.
Generalmente la mujer es internalizada como objeto sexual y subordinada
al hombre, pues esto constituye un producto muy vendido teniendo en
cuenta que la mayoría de los cantantes son hombres, y que tenemos una
cultura por lo general dominada por ellos.
Para vender un producto musical, en Cuba o en otros países, se ha
promocionado a la mujer como máquina de producir placer, o simplemente
esa mujer que todo hombre desea, la que cumple sus deseos, y al hombre
como viril, fuerte, el que ejerce el poder hegemónico, esto puede
provocar mayor diferenciación entre los roles de los hombres y las
mujeres.
La timba y el reguetón como géneros musicales
El auge de la timba y el reguetón, trajo consigo letras semántica y
simbólicamente agresivas, para los que lo escuchan, tanto para hombres
como para mujeres.
La timba es la combinación de estilos musicales, de tendencias
creativas en las que imperan tres fuentes sonoras principales: el jazz,
fundamentalmente el latino y el afrocubano; la rumba; y el complejo del
son en toda su extensión. La timba tiene como características
principales los fieros pasajes de los metales, patrones rítmicos
derivados de la rumba y la música yoruba de la santería (las dos
fuentes afrocubanas más discriminadas), más unos textos rapeados en un
contexto de llamado y respuesta (solista y coro).
El reguetón es un subgénero que nace de la mezcla técnica del reggae
con el rap, en el que se mezclan varios estilos y formas, como la
salsa, merengue, cumbia, y últimamente le están adicionando hasta
bachata. El reguetón se comienza a escuchar a principios de los 90, en
Puerto Rico, aunque unos dicen que es originario de ahí, y otros dicen
que nació en Panamá.
La imagen de la mujer en el discurso de cantantes cubanos de timba y reguetón. ¿Violencia de género?
De forma general las canciones cubanas de timba y reguetón presentan las siguientes características:
• En el reguetón y la timba se evidencian la alabanza o burla del físico femenino desde la posición de la hegemonía masculina.
• Se estereotipa a la mujer como modelo social. Siempre está presente
la fémina que se vende por dinero, o la que traiciona. De esta forma
mitifican y dictan pautas conductuales de lo que deben ser las
relaciones entre el hombre y la mujer.
• Se hace énfasis en una forma de bailar o de vestir de la mujer que provoque en el hombre placer, solo como un objeto hedónico.
• La mayoría de los discursos de la timba y el reguetón legitiman el
tratamiento agresivo a las mujeres. Los vocablos que utilizan los
cantantes para nombrar a la mujer no son favorables para ella,
(asesina, chamaca, bruja, farandulera, fulana, mentirosa, punto, zorra,
fiera, loca, cachorra, perra). Legitiman socialmente un trato ofensivo
que dista de las relaciones equitativas que el modelo socialista cubano
intenta construir socialmente.
• Los video clips tanto internacionales, como los cubanos, generalmente
se han constituido en vehículos fundamentales para el reforzamiento y
transmisión de la ideología patriarcal de la sociedad, recreando una
determinada imagen de la mujer: la pasiva, la objeto-sexual, la que
adquiere felicidad al introducirse en la carrera consumista, la que
cuyo objetivo fundamental sea agradar al hombre.
• Presentan mujeres bailando alrededor de los cantantes, haciendo
énfasis en una forma de bailar y de vestir que provoque en el hombre
placer, haciendo planos y encuadres enseñando las partes más vendibles
de la mujer, donde el hombre es el centro y la mujer la periferia.
Los jóvenes son los más perjudicados pues en su mayoría consumen esta
música de diversas maneras. La música tiene mecanismos psicológicos que
influyen en el comportamiento de las personas y fundamentalmente de los
jóvenes, porque es el grupo etario que más lo recibe y con temáticas
diferentes que van dirigidas a formas normas morales, sentimientos,
gustos estéticos e intelectuales que coadyuvarán al desarrollo de la
personalidad.
Todo lo abordado trae como consecuencia que los jóvenes tengan una
influencia en la manifestación de la violencia de género que se va a
reflejar en la expresión de sentimientos, comportamientos, actitudes.
Se internalizan pautas de conductas en las colectividades que generan
comportamientos que recrean la estructura patriarcal y la hegemonía
masculina, esto se puede evidenciar en la actitud con las mujeres y
hombres, las formas de establecer relaciones de pareja, de amigos, y
las relaciones de familia. Se mitifican y dictan pautas conductuales de
lo que deben ser las relaciones entre el hombre y la mujer y como deben
ser cada uno de ellos.
Fuente: Rebelión