Sorprenden los frecuentes avances técnicos del IMRE, que es el Instituto de Ciencia y Tecnología de los Materiales, de la Universidad de La Habana, muchos enlazados a la medicina en Cuba, como el primer prototipo de un reducido dispositivo para extraer pequeñas muestras de sangre para el análisis, y sus progresos de la zeolita en fórmulas farmacéuticas apropiadas para los trastornos intestinales, o en la potabilización del agua. La Lanceta del IMRE, que funciona con láser, perfora los tejidos cutáneos de una persona y como no existe contacto alguno, se descarta el contagio. Una lámpara empleada en el dispositivo logra generar hasta diez millones de disparos, equivalentes a igual número de pruebas, como pueden ser los análisis primarios o las que cotidianamente se someten los diabéticos. Evidentemente esta nueva Lanceta láser resulta un medio muy económico. El dispositivo depara ventajas fundamentales: cero contaminación, minimiza el dolor al obtener gotas de sangre y la piel a donde se hace el disparo se cauteriza en breve tiempo. Única en el mundo, la Lanceta láser cubana resulta ventajoso al sistema de salud, puede multiplicarse y evitar las molestias causadas por el instrumental metálico. Además ofrece al técnico que lo operen tres niveles de energía, en dependencia del grosor de cada dedo. Desde luego, las experiencias aquí del láser permiten pensar en instalaciones portátiles para la limpieza de obras de arte y en su uso en el grabado, a escalas milimétricas y en superficies duras, sean metálicas, cerámicas, de mármol o madera, hasta ahora solo con posibilidades comerciales reservadas para países desarrollados. Hoy estos avances de Cuba le permiten exportar a México, Perú, Colombia, España e Italia, entre otras naciones. El IMRE trabaja en el uso de la zeolita (un mineral) en fármacos para trastornos digestivos y para potabilizadores portátiles de agua, este último el proyecto el de mayor impacto social en la entidad. Está el equipo de fototerapia luminosa Fototer, fruto de la colaboración con dependencias médicas cubanas y que ya ofrece sus beneficios a pacientes con problemas óseos, en zonas montañosas. La labor investigativa y de desarrollo del IMRE ha obtenido 24 patentes de invención y 31 relevantes premios de la Academia de Ciencias de Cuba. Fuente: Radio Rebelde
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