Nuevamente el programa de revitalización integral del Centro Histórico de la capital cubana es reconocido internacionalmente y en la persona de todo un paradigma de actividad tan importante, el Doctor Eusebio Leal Spengler. Reciente es la noticia de que le fue concedido el Premio Olaguibel 2008, que otorga la Delegación en Álava del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro, a una persona o institución por contribuir a la difusión de la arquitectura. Mucho más meritorio el honor, si tenemos en cuenta que Leal no es graduado de dicha especialidad, pero desde su tribuna defiende a capa y espada un hermoso proyecto que ha echado profundas raíces y es innegable que perdurará para venideras generaciones. No está solo, nuclea a un profesional equipo de especialistas y técnicos, que año tras año ven renacer la ciudad antigua y le aportan calidad de vida a sus pobladores, uno de los muchos empeños sociales promovidos por la Revolución Cubana desde su triunfo en enero de 1959. De hecho, el propio Leal ha reconocido que sin este histórico hecho, La Habana Vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982, no existiría, porque habría sido destruida por los especuladores, según publicaba la Agencia EFE en una entrevista al Historiador. La obra que dirige y promueve ha recibido numerosos galardones y entre otros importantes y recientes pudiéramos mencionar los Premios Sebeti-Ter en la categoría de arquitectura (mayo 2008) y el Internacional Reina Sofía de Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural, entregado por la propia soberana en diciembre del pasado año. A propósito del hecho, Leal declaró sentirse muy honrado porque es una condecoración muy selectiva; “es un pasaporte a la credibilidad, porque se creyó en el proyecto y el trabajo no ha sido inútil, apuntó, a la vez que destacó a esta como una altísima distinción, con un alcance no solamente europeo, sino también latinoamericano. Una vez más reiteró que no se trata de conservar y restaurar una ciudad museo, sino favorecer esas acciones y a una comunidad que la habita y sostiene, por lo cual la prioridad ha estado en restaurar viviendas, hogares de ancianos y escuelas. La Habana Vieja, con sus hoteles, museos, paseos y restaurantes, es también un importante polo turístico, cuyas ganancias se revierten en conservación y restauración. Fuente: Trabajadores
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