El Palacio Aldama, hoy sede del Instituto de Historia de Cuba y ayer mansión de uno de los más acaudalados patricios habaneros, el mismo que fue saqueado por los Voluntarios en enero de 1869 a raíz de los sucesos del Teatro Villanueva, abrió sus puertas para la filmación de la película de ficción: El ojo del canario, aproximación muy personal del realizador Fernando Pérez sobre la infancia y la niñez de Pepe Martí. El espacio de tiempo de este filme, episodio cubano de la teleserie Libertadores, no aborda la vida del Apóstol, ni la madurez del escritor… sino que nos introduce en la semilla, desde la infancia y sobre todo, nos permite acercarnos a ese momento de giro de la existencia martiana que fue la cárcel y el presidio político, cuando solo era un adolescente. Las filmaciones, previstas para once semanas, se realizarán en La Habana, ya que la capital fue el escenario del nacimiento y de la mayor parte de la vida de aquel muchacho de 17 años que un día debió salir hacia el destierro para cumplir la mayoría de edad, sus 18 años, en altamar, lacerado el espíritu, pero no envilecido por el odio. Fernando viene investigando y escribiendo él mismo el guión de esta película, en la que defiende la legitimidad de la vivencia de Martí, (ese que tenemos cada cubano dentro de nosotros) y asume el suyo, trabajado el argumento con singular devoción. Creo que no había mejor cineasta cubano para este proyecto, coproducción del ICAIC, Wanda Producciones y TV Española, que el realizador de Clandestinos, Hello, Hemingway, Madagascar, La vida es silbar y Suite Habana… su sensibilidad e inteligencia lo avalan, amén de ser también habanero y nacido en Guanabacoa, villa que junto a Regla, el Cerro y el casco histórico de la Habana Vieja, centrarán el rodaje, así como el poblado de San Antonio de los Baños, en la otra Habana y algunos escenarios rurales de la provincia de Matanzas, indispensables para abordar el viaje y estancia de Pepe y su padre en el Hanábana, momento por cierto en el que el niño descubrió, por primera vez, la naturaleza cubana y también la esclavitud, la trata y la infame realidad del cepo y el bocabajo. Para el reparto cuenta el director con dos actores de calibre, Rolando Brito en el rol de don Mariano, el padre y Broselianda Hernández para darnos a la madre, doña Leonor, secundados por el talento de Julio César Ramírez que asumirá el personaje del maestro, don Rafael María de Mendive. Y para Pepito, luego de un largo y exhaustivo proceso de selección y pruebas de cámara, está el niño Damián Antonio Rodríguez, mientras que la adolescencia de José Julián la incorporará Daniel Romero, estudiante de actuación de 2do. año de la Escuela Nacional de Arte. Vuelve Fernando con un team work de lujo: la dirección artística es de Erick Grass y la fotografía de Raúl Pérez Ureta y la música le corresponde al compositor Edesio Alejandro. Fuente: CubaSi
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