Los mercados cubanos comenzaron a evidenciar esta semana la escasez
de alimentos que advirtió el Gobierno tras el paso de los huracanes
Gustav e Ike, con las estanterías cada vez más vacías y menos productos
de los habituales.
La escasez se agravó en la capital cubana cuando los envíos de los
proveedores de alimentos disminuyeron en reacción a la decisión del
Gobierno de imponer un control de precios.
En los mercados de La Habana, los clientes se topaban con puestos
vacíos y poca variedad de alimentos. En un mercado del barrio de El
Vedado, por ejemplo, sólo había papayas, una pequeña cantidad de
melones y unas pocas cabezas de ajo.
Los vendedores se encogían de hombros y decían que no habían recibido mercadería.
Yissel, una compradora que pidió no ser identificada, dijo que la situación era la misma en otros mercados del vecindario.
"Estos son momentos difíciles porque todo está muy afectado, muy
dañado (por los huracanes)", dijo Yissel. "El Minimax (el supermercado)
estaba como nunca. Lo vi casi sin nada, no como otras veces".
Debido a problemas en la agricultura estatal, Cuba ha luchado
durante mucho tiempo para cubrir sus necesidades alimentarias y debe
importar mucho de lo que consume.
Los huracanes Gustav y Ike empeoraron las cosas al barrer el país
entre el 30 de agosto y el 9 de septiembre, causando daños por 5.000
millones de dólares, incluyendo la destrucción del 30 por ciento de las
cosechas de la isla.
Alcides López, viceministro de la Agricultura, advirtió hace dos
semanas que era inminente una escasez de alimentos en los próximos seis
meses. El funcionario dijo que el Gobierno había implementado medidas
de emergencia para garantizar que nadie pase hambre.
La prensa oficial dijo el miércoles que las medidas incluyen
racionamientos en la venta de algunos productos agrícolas ante la
escasez, así como el congelamiento de los precios.
El periódico oficial Juventud Rebelde dijo que muchos proveedores no
hicieron las habituales entregas a los mercados, porque las nuevas
medidas reducirían sus ganancias.
En los últimos días el Gobierno lanzó fuertes advertencias contra la
especulación y las alzas de precios e insinuó a través de los medios
locales que podría incluso cerrar los mercados que están fuera de su
control.
Algunos cubanos dijeron que esperaban dificultades con los alimentos
después de los daños causados por los huracanes, pero confían en que
sea sólo por unos meses hasta que la producción agrícola se recupere.
Hernán, un trabajador estatal que no dio su nombre completo, dijo
que no esperaba el tipo de privación que sufrió el país en el llamado
"período especial", cuando la isla vivió una profunda crisis económica
tras el colapso en 1991 de la Unión Soviética, su principal aliado y
benefactor.
"Este es un país que sabe sacar experiencias de las cosas malas que
le suceden (...) Espero que las autoridades hayan sacado experiencias
del período especial y que no dejen que suceda otra vez", comentó.
La situación sería menos grave, dijo la doctora Elsie Pérez, si
Estados Unidos hubiera tendido una mano para ayudar a Cuba o levantara
su embargo comercial de 46 años contra el Gobierno comunista de la isla.
"Si no fuera por el bloqueo no hubiera ocurrido esto", dijo Pérez. "Ellos no nos dejan comprar en Estados Unidos".
Estados Unidos ha ofrecido más de 5 millones de dólares de ayuda, que Cuba ha rechazado.
El Gobierno cubano pidió, en cambio, que Estados Unidos levante
temporalmente su embargo comercial para acceder a créditos y comprar
materiales para la recuperación, pero la administración del presidente
George W. Bush se negó.
Estados Unidos ha permitido desde el 2001 las ventas de alimentos a Cuba, pero sólo en efectivo y sin crédito.
Fuente: Reuters
¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:
editores@cibercuba.com
+1 786 3965 689