La ex bailarina y coreógrafa Alicia Alonso, de 86 años, fundadora y
directora del Ballet Nacional de Cuba, está muy orgullosa de esa compañía que
cumplirá seis décadas la próxima semana, pero pide "tiempo, mucho más tiempo",
porque aún tiene "tanto que hacer". "Sesenta años es mucho, y sesenta años no es
nada para todo lo que necesitamos hacer con nuestros conocimientos,
entregárselos al mundo de la danza, del ballet, a la Humanidad, que necesita
tanta belleza y sueños", dijo la artista.
La compañía fue fundada en La Habana el 28 de octubre de 1948, con el nombre
de Ballet Alicia Alonso, y tiene actualmente 225 bailarines, profesores,
coreógrafos y especialistas.
Ella está convencida de que Cuba tiene hoy "una gran compañía, una gran
escuela de ballet", porque "uno de los valores más grandes que puede tener un
ser humano es brindarle belleza, alegría, sueños de futuro y de creatividad al
mundo".
Sin embargo, insiste en que aún "hay tanto que hacer" y que, para completar
el proyecto al que ha dedicado su vida, necesita "tiempo, mucho más tiempo".
Quiere ayudar al conocimiento del ballet en otros países, con cátedras como
las que ya creó en España y México.
Está satisfecha de que "ya existe el ballet latinoamericano" con "las raíces"
que sembró en Cuba, porque "los árboles no se quedan plantados chiquititos.
Cuando se cuidan y riegan, dan frutos".
"Eso es lo que estamos haciendo. Nuestras raíces están aquí, pero el fruto
está por todas partes. Ya pertenecemos a todos", añadió.
En medio de preparativos para festejar el 60 aniversario en el marco del XXI
Festival Internacional de Ballet de La Habana, que se celebrará del 28 de
octubre al 6 de noviembre, la artista proyecta nuevas coreografías y giras que
aún deberá cumplir este año.
"Le hemos dado la vuelta al mundo, bailamos en el mundo entero. Estamos
constantemente viajando. El Ballet es en estos momentos una de las compañías que
más viaja en el mundo", comenta con orgullo.
En diciembre, el grupo bailará en Grecia, regresará justo para celebrar la
llegada del nuevo año y después partirá a cumplir otros compromisos contraídos
en Europa para principios del 2009.
"Bailamos aquí y enseguida salimos a bailar fuera. Creo que somos los gitanos
del ballet", dice con una amplia sonrisa.
Alonso acompaña a su compañía en casi todas las giras, anota que tomó siete
vuelos en sólo dos semanas en septiembre, y bromea: "Reto a los capitanes de
aviones a ver si vuelan más que yo".
Uno de esos viajes fue a España, para recibir la "Medalla de Oro al Mérito en
las Bellas Artes", que le entregaron los reyes Juan Carlos y Sofía.
"Fue muy bonito, muy emocionante, y sus majestades los reyes de España fueron
sumamente amables conmigo", declaró a Efe Alonso, que se retiró de los
escenarios el 28 de noviembre de 1995.
Sobre su mayor aporte a la danza, aunque los especialistas alaban su estilo y
metodología, ella responde que son sus experiencias y conocimientos, que es lo
que deja "a los que vienen detrás, a todos los discípulos, a todos los
bailarines".
"Mi mayor aporte es haber logrado una carrera y poderla trasmitir", dice,
pero agrega que nunca está "satisfecha".
"El día que una se sienta satisfecha, ya se acabó la carrera o la creatividad
de una persona", comenta.
Alonso ve "mucho talento" en las nuevas generaciones formadas en su Escuela
de Ballet y dice que hay que ayudarlas "a desarrollarse, a buscar su camino".
"El nivel del ballet en Cuba ha subido, es muy alto a nivel internacional",
insiste, aunque matiza que es consciente de que hay en otras partes "solistas o
figuras mejores".
"Es que no solo los preparamos como bailarines, sino de tal forma que
aprendan de todo, que aprendan lo que es un ensayo, un montaje, las reverencias,
cómo se prepara una función", explica.
Ahora está "metida de lleno" en la organización del Festival, que "es un
trabajo grande, un ideal vivo", para el que el grupo se prepara "con el corazón
abierto para recibir a los amigos, visitantes, y tener una gran fiesta, un gran
festival de arte".
Fuente: Diario de Navarra