Ni más especulaciones ni vaticinios. La gran incógnita fue develada finalmente,
al ser electo Barack Obama con 349 votos electorales como
presidente de Estados Unidos, algo que ya analistas, expertos
políticos y comentaristas lo estuvieron pronosticando abiertamente desde semanas
antes del 4 de noviembre.
Sin embargo, conociendo los precedentes de
otras elecciones, nadie quemó sus naves rotundamente, dejando
siempre un margen para las posibilidades de fraude o un evento donde el racismo
oculto pudiera dar al traste con la victoria del demócrata. Pero nada pudo
contra el fenómeno Obama quien pasará a la historia como el primer
presidente afro norteamericano que tiene la potencia de América del
Norte. Esta primicia se da 45 años después de desarrollo del movimiento por los
derechos civiles.
Por su parte el senador por Arizona, John McCain, no
pudo desprenderse del desastroso gobierno del cada vez más impopular George W.
Bush, más bien todo lo contrario el binomio McCain-Palin dejaba palpable sus
inclinaciones ultraderechista que en definitiva representaban la continuidad del
bushismo.
Un indicador del cansancio del pueblo norteamericano hacia las
políticas engendradas por la administración de George W. Bush fue que Obama ganó
estados como Ohio, Iowa, Florida y Virginia, que tradicionalmente se inclinan
por los republicanos y muchas veces, como ahora se sabía definirían estos
comicios. Como quiera que se mire esto implicó un fuerte repudio a los ocho años
en la Casa Blanca del presidente republicano.
Independientemente de todos
los valores del candidato demócrata, el mayor impulso hacia el despacho oval se
lo dio la hecatombe económica que afronta su país y que ha permeado las
economías mundiales, y el cual es el resultado nuevamente de las políticas
contraproducentes del saliente presidente de Estados Unidos.
Barack Obama
consiguió durante su campaña afrontar las malas noticias económicas que se
fueron agravando a diario, y sus propuestas de renovación política y social
inclinaron la carrera en su favor. Al mismo tiempo Obama llevó a los demócratas
a una victoria electoral aplastante que amplió las mayorías del partido en ambas
cámaras del Congreso.
Incluso varias tendencias se rompieron en esta
convocatoria a las urnas, una de ellas fue la asistencia masiva de electores,
algo que desde largo tiempo atrás había tenido un fuerte descenso debido a la
indiferencia por el proceso de parte de los ciudadanos.
Más allá de tales
consideraciones, la trascendencia de estos comicios no se limita al ámbito de la
política doméstica estadounidense, se amplía igualmente al contexto
internacional por la necesaria definición de la influencia de la superpotencia
hacia el resto del mundo en el próximo cuatrienio. En suma, las
elecciones presidenciales norteamericanas constituyeron, una
oportunidad para que los votantes de ese país reflexionen acerca de la
importancia de su decisión, y permitan al orbe sentir aliento por el fin cercano
de ocho años de desazón y sinsabores.
Fuente: Bohemia
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