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15/11/2008 - 1:39pm (GMT-4)
Un estudio multisectorial e interdisciplinario, desarrollado en
todas las provincias, entre septiembre de 2004 y agosto de 2008, para
conocer con exactitud cuántos cubanos sobrepasan la barrera de los 100
años de existencia, arrojó que mil 488 ancianos tienen esa edad, o más,
y 258 son capitalinos.
Aseguran los expertos que tales
estadísticas convierten a Cuba en el país del mundo con la mayor tasa
de centenarios por número de habitantes, Y, si bien a mediados del
siglo XX la esperanza de vida era de 55,7 años, hoy supera los 77, lo
que puede ser un indicador de que la cantidad de centenarios en la
nación, a más largo plazo, podrá continuar incrementándose.
La Isla es la tercera nación del continente americano –la superan
Estados Unidos y Canadá- que más ha elevado la expectativa de vida de
sus ciudadanos en poco más de 40 años, y entre las del llamado Tercer
Mundo resulta una de las que más rápido ha envejecido; sin embargo, a
la par también la que más ha hecho por ese segmento poblacional.
Diversos son los factores que inciden: en primer lugar, el incremento
de los servicios de salud, en los que representen las limitaciones
económicas, pero no impiden que los abuelitos reciban un correcto
cuidado, que se basa en el Programa de Atención Integral al Adulto
Mayor llevado a la práctica a través de tres subprogramas de atención:
comunitaria, institucional y hospitalaria.
El
primero constituye la célula básica en la atención al adulto mayor y se
encamina a dispensariar a toda la población mayor de 60 años, promover
cambios en estilos de vida, hábitos y costumbres que favorezcan a la
salud; prevenir y retardar la aparición de enfermedades y
discapacidades; garantizar la atención integral, progresiva, oportuna y
eficiente, igual que la rehabilitación de los adultos mayores a través
de la rehabilitación de base comunitaria.
A fin de
llevar a cabo estos objetivos, existen equipos multidisciplinarios para
el servicio gerontológico, Casas y Círculos de Abuelos, y ayuda
domiciliaria, entre otros.
Fuente: Tribuna de La Habana