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22/11/2008 - 9:12am (GMT-4)
Los cinéfilos cubanos recuerdan como íconos del cine latinoamericano
películas como la brasileña Vidas secas, la mexicana Frida, naturaleza
viva, la chilena El chacal de Nahueltoro y la boliviana Ukamau, filmes
que marcaron un hito en el desarrollo estético y también identitario
del nuevo cine en la región.
A la maestría de sus realizadores y a la obra realizada durante
varias décadas se rinde tributo en la trigésima edición del Festival
Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, como reconocimiento a la
obra de toda una vida, al entregarse cuatro Corales de Honor a notables
cineastas como Nelson Pereira Dos Santos, de Brasil; Paul Leduc, de
México; Miguel Littin, de Chile y Jorge Sanjinés, de Bolivia, por sus
aportes a un movimiento que tuvo sus raíces en el encuentro de Viña del
Mar y en el Comité de Cineastas que surgió de aquella voluntad común,
de crear un cine auténtico, en defensa de nuestros pueblos y nuestras
culturas.
No puede hablarse de nuevo cine en América Latina y el Caribe si no
evocamos la fuerza raigal del Cinema novo brasileño, en el que ha
tenido un decisivo protagonismo Pereira Dos Santos, autor de filmes
como Río 40 grados, legítima expresión de una historia y de una
nacionalidad.
Como tampoco se puede olvidar el esfuerzo, desde el plano teórico a
la práctica cinematográfica, realizado por el grupo Ukamau, en Bolivia
y dentro de él, la obra y el magisterio de Jorge Sanjinés, realizador
de filmes tan notables como Yawar Mallku (Sangre de Cóndor) y La nación
clandestina, entre otras.
Hollywood tuvo su Frida, pero nunca pudo superar la imagen atrapada
por Paul Leduc, cuando esa gran actriz, la mexicana Ofelia Medina,
incorporó a Frida Kahlo, ni tampoco los cinéfilos podemos olvidar su
ópera prima Reed, México insurgente, ese experimental barroco sin
diálogos, en el que versionó la novela Concierto barroco, de Alejo
Carpentier.
Como y desde Chile, en el latido profundo de su pueblo, está la obra
de Miguel Littín, quien durante el mandato del presidente Salvador
Allende y de la Unidad Popular, encabezó la cinematografía del país
austral y al que seguimos también durante el exilio, cuando filmó
películas como Alsino y el cóndor, laureada con el Oscar o su versión
de otra novela carpenteriana, El recurso del método.
Fuente: CubaSi