| 03/12/2008 - 1:55pm (GMT-4)
Una delirante multitud fue testigo de la lechada 4-0 propinada por
Industriales a Santiago de Cuba, en un partido plagado de detalles
atípicos e incongruencias misteriosas. El interesante duelo entre los azules de la capital y las avispas
indómitas estuvo matizado desde el mismo inicio por una gran dosis de
suerte por parte de ambos contendientes. Industriales llenó las bases en las dos primeras entradas ante los
envíos del muy mejorado Danny Betancourt y no anotó en ninguna de las
dos ocasiones. El abarrotado estadio Latinoamericano no lo podía creer. Asimismo, Santiago recibió once bases por bolas en cinco entradas
por parte del abridor industrialista Ián Rendón, a quien no conectaron
ni siquiera un imparable que impulsara a los incontables corredores
dejados en las almohadillas por los indómitos. O sea, el aficionado que arribara al estadio del Cerro en la parte
alta del quinto episodio notaría un empate a cero, digno de un duelazo
de altísimos quilates, que no era tal. El quinto parecía comenzar tranquilo, pero un error del antesalista
capitalino Rudy Reyes volvió a complicar la situación para los azules
por enésima vez en el juego, provocando la explosión de Rendón, tras
otorgar su onceno boleto. A su rescate acudió el joven derecho Odrisamer Despaigne. Con su
llegada al box la madeja se desenredó y a partir de ese momento pocos
chances tuvieron los campeones nacionales hasta sucumbir derrotados
pasada la medianoche. En ese quinto capítulo, Industriales marcó sus dos primeras
anotaciones ante Betancourt, y lograron sacarlo del montículo gracias a
hit de Mayeta, doblete impulsor de Yokel Gil y un sencillo de Juan
Carlos Torriente al jardín derecho. Cuatro imparables consecutivos ante el mejor relevista santiaguero,
Alberto Bicet, produjeron las últimas dos anotaciones de los
anfitriones en el sexto inning. Las incongruencias del desafío las aportó Antonio Pacheco, manager
de Santiago. Su inicialista estrella, José Julio Ruiz, patrulló el
jardín izquierdo, Luis Miguel Navas, torpedero titular de las avispas,
defendió la segunda almohadilla, y el camarero Héctor Olivera, mejor
segunda base del país, apareció en la inicial. Respuestas debe tener miles para cada interrogante que se le haga al
respecto, pero un conjunto de tanta entidad como Santiago necesita de
un guía eficaz y coherente como el que los llevó a ganar dos títulos
consecutivos en 2007 y 2008. Fuente: CubaSi