| 25/01/2009 - 4:16pm (GMT-4)
Los travestis cubanos han celebrado con un espectáculo maratónico, y lleno de "divas" españolas,
los 25 años de 'El Mejunje', el centro cultural de la ciudad de Santa
Clara y desde hace años meca del transformismo en la isla. Gran número de personas de todo el país acudieron este fin de semana a la cita con Lola Flores, Rocío Jurado y 'la Masiel', algunas de las
protagonistas musicales de un show que ya ha visto pasar a más de una generación de transformistas. Bandera arco iris en mano subieron al escenario Roxana Rojo y Laura
Marlens, "glorias" con más de 40 años de edad, junto a un nuevo grupo
de chicos que dan vida a las sofisticadas Omega, Ambar y Chantal, y que
lo mismo se atreven con la música de Madonna, que con Gloria Trevi o la
Quinta Estación. Situado dentro de las ruinas de un antiguo hotel de Santa Clara,
unos 300 kilómetros al este de La Habana, 'El Mejunje' abrió su
escenario a los transformistas cubanos a principios de la década de los
90. Todo comenzó con una simple fiesta de disfraces en honor al fallecido Freddy Mercury y de ahí arrancó el fenómeno artístico y su silenciosa protesta social contra los prejuicios de la ciudad y de la isla. Hoy los travestis lo consideran su "segunda casa" y el "único" lugar
en el país donde pueden hacer su trabajo "con dignidad y respeto". "Nos dieron un espacio para sentirnos realizadas, y
si no hubiera sido por este lugar estaríamos perdidas", dijo Lili
Martin, estilista de profesión, cuyo repertorio incluye varios temas de
Rocío Jurado. Su verdadero nombre es Macdiel Hernández, sacó su seudónimo
artístico de la película "Lili, la reina del crimen", y a los 15 años
debutó en 'El Mejunje' tras varios intentos de "infiltrarse" en los
espectáculos cuando aún era un niño. "Con los años he perfeccionado mi imagen. En este lugar el público
es muy exigente, te obligan a ser impecable y hay mucha competencia",
explicó Lili, de 32 años. La nueva generación de transformistas ha cargado las baterías del
espectáculo con vestuarios más elegantes que barrocos, clásicos del pop
como banda sonora, lentes de colores para embellecerse y un grupo de
seguidores que llegan de cualquier parte de la isla y cada vez tienen
menos edad. En un país donde las autoridades han reconocido que ha habido un período de homofobia oficial y en el que los espectáculos de travestismo no se aceptan en muchos lugares, la existencia de 'El Mejunje', en una ciudad del
interior del país, es para muchos un hecho "mágico". "Ha sido un lugar
para realizarse personalmente, un acto de fe y un acto de entender a la
gente. Pero nunca se ha propuesto ni se propondrá ser un lugar gay",
explicó su creador y director, Ramón Silverio. Según Silverio, que ha recibido en 'El Mejunje' a figuras como el ministro de Cultura, Abel Prieto, y el presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, lo "más importante es el trabajo humano y social" realizado.