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05/02/2009 - 1:05pm (GMT-4)
Parece una catedral europea pero no lo es. Suena como si se
interpretara una partitura barroca pero su "sabor" es tropical: Cuba
quiso demostrar con su Festival anual de Música Antigua que la isla
tiene un patrimonio destacado también en este campo.
La
apertura el miércoles por la tarde de una exposición de instrumentos de
cuerda longevos y la puesta en escena el pasado sábado de la ópera de
cámara "San Ignacio de Loyola" (Virreinato del Río de la Plata, siglo
XVII), una pieza muy rara atribuida a Domenico Zipoli y Martin Schmit,
fueron los dos puntos culminantes del evento, que se desarrolla toda
esta semana.
"Es importante validar nuestro patrimonio",
indicó Miriam Escudero, una de las organizadoras de este VII Festival
de Música Antigua y quien no pudo ocultar su emoción de ver en sendas
vitrinas algunas guitarras de seis órdenes, una fídula oval o una viola
de rueda, originales y réplicas.
La exposición de estos
instrumentos musicales del barroco y renacimiento, incluyendo un
pianoforte del siglo XVIII, se realizó en el Museo de la Ciudad a pocas
cuadras de los viejos oratorios o iglesias convertidas en centros
culturales que sirven ahora de sede a los conciertos del género.
El
Festival fue organizado por el Conjunto Ars Longa, que también festejó
sus 15 años de fundado, y la Oficina del Historiador de La Habana. Y
como en años anteriores, se programó en el casco histórico de la
ciudad, patrimonio de la UNESCO y ampliamente restaurado.
Se
cuenta con la presentación de obras "recopiladas desde el siglo XVI
hasta el siglo XIX porque nosotros, en América, tenemos barrocos
tardíos", indicó la musicóloga Escudero.
"Durante mucho
tiempo no valorizamos este patrimonio lo suficiente y un festival es un
espacio para destacarlo, para hacerlo sonar", agregó la especialista.
El
evento, explicó Escudero, comenzó en el 2000 como jornadas o encuentro
pero debido al interés que despertó se fue consolidando como festival.
Este
año, entre los invitados especiales están la clavecinista Kathleen
Mcintosh; la presidenta de la sociedad de laúd de Francia, Pascale
Boquet y su compatriota, el luthier Didier Jarny, quien además
impartirá un curso a jóvenes cubanos interesados en construir
instrumentos de cuerda pulsadas antiguas.
Además habrá este jueves una presentación de la Croatian Baroque Ensemble.
En
estos nueve años el evento fue pasando de un pequeño encuentro de
expertos a un suceso cultural, manifestó Escudero. "Es difícil porque
conseguir todos los instrumentos y el financiamiento es costoso", dijo.
Sin
embargo la ejecución de las partituras continentales o europeas pero
por americanos siempre trae algunas sorpresas para los invitados,
señaló la musicóloga.
"En nuestras interpretaciones el
ritmo tiene una presencia tremenda, una intención diferente. Hay una
superposición de timbres que a veces no están en la partitura", explicó
Escudero, para quien precisamente este elemento hace la diferencia
entre la música barroca de otras latitudes y la americana.
"Lo
que más a los europeo les emociona es nuestra sensualidad", señaló. "No
es una sensualidad vulgar, (es) una especie de complicidad que tiene
que ver con nuestra idiosincrasia".
Fuente: Chron.com