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02/03/2009 - 3:17pm (GMT-4)
Con 39 días al frente del Gobierno de Estados Unidos,
Barack Obama se ha convertido en el principal protagonista
y promotor de los cambios que ofreció en su camino a
la Casa Blanca, y una de sus grandes tareas en la próxima
reunión de presidentes del continente americano, en abril,
será ver hasta dónde pueden mejorarse las relaciones
con el "patio trasero" de EEUU.
Obama no ha tenido la oportunidad de hablar de frente con
sus homólogos regionales y, como señalan políticos
y académicos en Washington, el mandatario aprovechará
las próximas semanas los preámbulos de la Cumbre
de las Américas para tratar uno de los temas más
espinosos de sus propuestas: las relaciones con Cuba.
El régimen de La Habana es cauteloso. No ha querido
pronunciarse en estos días frente a la decisión
demócrata en la Cámara de Representantes de permitir
los viajes de cubanoestadounidenses a la isla.
La razón -señalan los expertos-, es que la mayor
batalla para que la propuesta entre en vigencia se dará
en el Senado de EEUU, donde el régimen de los Castro
tiene fuertes enemigos.
"No hay que preocuparse mucho por el Senado en estos momentos",
comenta José Azel, del Instituto de Estudios Cubanos
y Cubanoamericanos (Iccas) de la Universidad de Miami.
"Puede que la iniciativa pierda por la fuerza de los republicanos
en el Senado, pero Obama quizá está buscando tomarse
los cambios sobre Cuba a título personal y aproveche
la Cumbre de las Américas para lograr protagonismo y
generar el impacto necesario", agrega.
Sobre este aspecto, Carl Meacham, asesor del senador Richard
Lugar, el republicano de mayor rango en el Comité de
Relaciones Exteriores del Senado, es menos pesimista.
"Como van las cosas y por algo que es tangible, 'que el embargo
y las presiones no han funcionado', esto puede aprobarse fácilmente.
Muchos senadores están conscientes de que hay que cambiar
estrategias", dice.
La gran oportunidad
En el escenario que sí coinciden tanto Meacham como
Azel, es que Obama quiere el "tema cubano" para su tren ejecutivo,
y la canasta perfecta para la cita con la vecindad será
ofrecer reformas hacia La Habana.
En ese encuentro de jefes de Estado y Gobierno, que este
año se celebrará en Trinidad y Tobago, asistirán
los 36 mandatarios de la región, menos Cuba, quien fue
expulsada de la OEA en 1962,
Azel ha criticado los recientes informes que se han realizado
en EEUU que abogan por flexibilizar las presiones sobre Cuba
y abrirse hacia ese país. "Esos reportes son muy condescendientes
sin hablar de las represiones que tiene el pueblo".
"Ofrecer concesiones al régimen de Fidel y Raúl
Castro -refiere el académico- siempre ha sido un error.
No me parece que entregar todo incondicionalmente sea bueno,
porque una dictadura nunca es seria".
La legislación aprobada no suspende el embargo a Cuba,
pero prohibiría la aplicación de normas que exigen
el pago por adelantado para las ventas de alimentos a Cuba,
y sepulta -en parte- las restricciones para que los cubanoestadounidenses
visiten a sus familiares en la isla y puedan gastar dinero.
Para Azel, tanta beneficencia para La Habana puede generar
dos cosas: que Raúl Castro permita un éxodo masivo
de cubanos a EEUU como ocurrió en 1981 o que el régimen
se debilite, pero no ocurrirá porque ejercerán mayor
presión política".
En tiempos de recesión a nadie más que a Castro
le interesa que Washington sea "bueno". El Iccas estima que
entre 500 y 1.000 millones de dólares podrían ingresar
a las arcas de La Habana con el levantamiento de las restricciones
de gastos.
En un informe del senador Lugar sobre la situación en
Cuba, se descarta que el bloqueo económico a ese país
deba suprimirse, por lo que Venezuela seguirá siendo
la principal fuente de sustento del régimen.
Con 7.000 millones de dólares en intercambio comercial,
Caracas y La Habana seguirán unidos. "Por muchos años
más el presidente Hugo Chávez será fundamental",
sentencia Azel.
Fuente: El Universal