Cuba estuvo a punto de ofrecer la primera sorpresa en la final de la XXII Liga Mundial de Voleibol, pero cayó cerradamente hoy ante Brasil en el segundo partido disputado en la moderna Sala Arena Ergo.
Los cubanos contaron todo el tiempo con el apoyo de la numerosa afición reunida en la instalación, y casi reciprocaron con un triunfo los aplausos y cánticos recibidos, mas errores y comedimientos a la “hora cero” terminaron por ahogar un grito de victoria inédito en el último lustro.
Los parciales del choque (25-18, 25-21, 16-25, 28-30 y 12-15) ilustran a las claras la presión ejercida sobre los monarcas del universo, que al final supieron levantarse y cargar con un duelo catalogado de “inesperado” por buena parte de la prensa especializada reunida aquí.
Tanto los periodistas como los técnicos brasileños elogiaron el trabajo de Cuba, pero ese consuelo fue poco para superar la decepción de haber llegado tan lejos y no poder imponerse.
Tal y como se esperaba, Orlando Samuels presentó como regulares a los auxiliares Wilfredo León y Henry Bell, los principales Osmany Camejo e Isbel Mesa, el pasador Yoandri Díaz, el opuesto Fernando Hernández y el líbero Keibir Gutiérrez.
Bernardo Rezende, por su parte, colocó a Leandro Vissotto, Murilo Endres, Rodrigo Santana, Lucas Saatkamp, Marlon Muraguti, Dante Amaral y al líbero Sergio Santos.
Los caribeños se agenciaron el primer set con un accionar estable en todos los órdenes de juego, sobre todo en el ataque (13 puntos) y el bloqueo (4).
La estrategia fue dirigir los servicios hacia Murilo Endres, para limitarlo ofensivamente, y ello funcionó de maravillas. El complejo uno brasileño no pudo brillar como de costumbre, tampoco su saque, lo que junto a muchos errores no forzados (7) explicaron el desenlace.
Yoandri repartió muy bien los balones entre Camejo (4 puntos), Bell (4), Fernando (3) y León (3), lo que hizo menos predecible la ofensiva y complicó la agrupación del bloqueo rival.
En la segunda manga, más de lo mismo. Brasil no se encontró dentro de la cancha, siguió perdiendo saques y afrontando problemas en el bloqueo. Los cubanos no solo garantizaron un alto nivel de remates, sino que defendieron muchos balones y asestaron gran cantidad de puntos con el contragolpe.
El bloqueo rindió otra faena memorable en los momentos cruciales, básicamente en el tercer segmento del parcial.
Rezende intentó variar la historia, sacando de su banca al acomodador Bruno Rezende y a Theo Lopes, pero no hubo forma de levantarse ante el empuje de los caribeños.
En el tercer set, el DT sudamericano incorporó más cambios y entonces halló el camino a la victoria. Giba, Bruno, Sidney dos Santos y Theo oxigenaron el equipo y permanecieron con vida.
Por la parte cubana mermó la eficiencia del saque y los multicampeones brasileños pudieron desplegar todo su arsenal ofensivo, con bolas rápidas a las esquinas y mediante la penetración desde zona seis.
Además, el complejo uno de la isla se desarticuló completamente, lo que provocó el descenso de su nivel de ataque, al punto de que los “verdeamarillos” les doblaron los puntos por ese concepto.
En el cuarto parcial hubo un renacer cubano en sentido general, salvo en el índice de errores, que siguió creciendo hasta acabar igualado con sus oponentes a 27. El punto del gane estuvo a mano más de una vez, pero el bloqueo no funcionó y la defensa por el estilo.
Además, salió a relucir la clase de los monarcas mundiales, quienes dejaron de errar en todos los sentidos, mientras sus oponentes palidecían ante la presión.
El quinto set mostró un Brasil superior, anímica y deportivamente. La confianza, la maestría de todos y el liderazgo de Giba y Saatkamp marcaron la diferencia ante una Cuba que jamás bajó la cabeza, pero perdió empuje y seguridad.
Los mejores anotadores del duelos fueron Saatkamp y León, ambos con 20 puntos, seguidos por Fernando (17), Murilo (16) y Bell (16).
Camejo también estuvo en una tarde agradable, al no fallar ningún complejo uno, pero en el bloqueo hizo poco y ello desprotegió mucho la zona central de la cancha.
Al término, Giba dijo a la prensa que «cada partido contra Cuba es increíble, tienen un equipo muy fuerte, bien preparado».
Sobre su ausencia en la alineación titular expresó: «En Brasil hay 12 jugadores, no importa quién inicia. Jugamos para el equipo. Ahora tenemos que pensar en el próximo partido».
Rezende, por su lado, felicitó a Samuels por lo que considera un trabajo «increíble». Y añadió: «Este es un equipo aún más joven que el del año pasado. Después de un torneo largo y duro, con seis semanas de gira, han jugado muy bien». Reconoció luego que tomó algunas malas decisiones, «pero mi trabajo se trata de eso».
Felicitó a los jugadores por su actitud y estimó que los siguientes choques serán igual de fuertes, por ocurrir ante rivales más experimentados.
Samuels, finalmente, dijo estar contento con la demostración brindada. «No todos los días puedes jugar con Brasil. Después de esta lección, quizás seamos capaces de vencer a los brasileños», sentenció.
Fuente: Radio Nuevitas.icrt.cu