El Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó hoy una enmienda que, de convertirse en ley, restablecería las restricciones de viaje a Cuba en vigor antes del 19 de enero de 2009, cuando fueron flexibilizadas por el presidente Barack Obama. El Comité aprobó 36-6, incluyendo el "sí" de 13 demócratas, la enmienda del legislador republicano de Florida, David Rivera, que restablecería las restricciones de viajes y remesas impuestas durante la presidencia de George W. Bush. La enmienda de Rivera eliminó otra que había presentado el demócrata de Nueva York, Gregory Meeks, que daba a la Administración Obama amplio margen para aplicar las restricciones de viaje. Tanto la de Rivera como la de Meeks -que nunca fue sometida a voto- fueron sujeto de un acalorado debate, por líneas partidistas, sobre la política exterior de la Administración Obama hacia Cuba. El texto de la enmienda exige que el Ejecutivo "aplique plenamente todas las regulaciones de EE.UU. respecto a los viajes a Cuba, de antes del 19 de enero de 2009, e imponga las correspondientes sanciones contra individuos que se determine que las han violado". El complejo proceso legislativo permite que los legisladores presenten enmiendas a otras enmiendas, ya sea para modificarlas o eliminarlas por completo. Ambas enmiendas se debatieron dentro del proyecto de ley de gastos para el Departamento de Estado y las operaciones exteriores, que a su vez fue aprobado en su totalidad, 23-20. El Comité modificó el proyecto de ley durante una prolongada sesión de debate y votos entre ayer y hoy. Entre las enmiendas aprobadas el miércoles, figura una ofrecida por Mack que elimina parte de la ayuda exterior de EE.UU. a Argentina, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, y Ecuador. La iniciativa tiene que ser votada en el pleno de la Cámara baja y después debe ser armonizada con la que salga del Senado. El texto definitivo sería votado en ambas cámaras del Congreso. Sin embargo, el Senado, de mayoría demócrata, probablemente rechazará algunas de las enmiendas aprobadas en este proceso legislativo. Durante el debate sobre Cuba, los republicanos argumentaron que EE.UU. no debe premiar al régimen castrista con las divisas generadas por el turismo, que el pueblo cubano no ve "un solo centavo" de ellas, y que suavizar las restricciones de viajes no surtirá el efecto deseado de suscitar un cambio democrático en la isla. Rivera señaló que ha habido "mucho abuso y fraude" de cubanos que llegan a suelo estadounidense argumentando persecución y luego regresan a la isla y aportan divisas. El demócrata por Nueva Jersey, Albio Sires, dijo que vivió bajo el régimen y sabe de primera mano la represión del régimen "totalitario" en la isla. Pero, desde un mismo guión, los demócratas insistieron en que EE.UU. no debe imponer restricciones de viaje a los estadounidenses, tomando en cuenta que Washington mantiene relaciones con otros países comunistas. Gregory Meeks ofreció una apasionada defensa de su enmienda, al recordar el pasado de discriminación y persecución, durante la lucha por los derechos civiles, que vivieron su familia y tantas familias afroamericanas en la mayor democracia del mundo. "Quiero que Cuba sea diferente, que tengan libertad y el derecho al voto que tengo yo acá", dijo Meeks, quien consideró, no obstante, que Obama debe tener margen para aplicar la política a la isla. El Gobierno de EE.UU. "no tiene derecho a decirnos dónde podemos o no viajar....y los cubanoamericanos que visitan a su familia en Cuba no son turistas sexuales", dijo, por su parte, el demócrata de mayor rango en el comité, Howard Berman. Ya el pasado 23 de junio, el Comité de Asignaciones de la Cámara baja revirtió mediante una enmienda la flexibilización de viajes y remesas a Cuba que ordenó Obama en 2009, normativa que también debe pasar por el pleno del Legislativo. En la práctica, las autoridades regresarían a las restricciones impuestas en 2004 durante la presidencia de George W. Bush, en el marco del embargo que EE.UU. mantiene contra Cuba desde hace más de cuatro décadas. Según la normativa previa a enero de 2009, los cubanoamericanos sólo pueden visitar a familiares cercanos en Cuba una vez cada tres años, y afrontan límites a la cantidad de dinero en remesas que pueden enviar a la isla. En enero de este año, Obama anunció además la flexibilización de los viajes a Cuba para grupos culturales, religiosos y académicos, como parte de sus esfuerzos para presionar por una apertura democrática en la isla. La ley federal, no obstante, dejó en pie las restricciones de viaje para la mayoría de los estadounidenses. Fuente: ADN.es
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