La suerte de los pregones cubanos, un género muy popular y sencillo difundido internacionalmente con "El Manisero", estuvo atada en los últimos 50 años a los altibajos de la venta ambulantes, y reapareció en paralelo a la ampliación de tareas por cuenta propia autorizadas por el gobierno en 2010. Con ellos, en efecto, los pregones desaparecieron y reaparecieron varias veces en el país durante este medio siglo, de la mano de los vendedores callejeros. "Caserita no te acuestes a dormir, sin tomar un cucurucho de maní. El manisero se va", explica la canción del cubano Moisés Simons que popularizó una intérprete histórica de la cultura nacional, Rita Montaner, quien la cantó por primera vez en 1927. Años después de fallecer Montaner, a mediados del siglo pasado, Ignacio Villa, cuyo nombre artístico fue Bola de Nieve, tuvo a "El Manisero" entre sus más grandes éxitos, pero con un nuevo estilo. Además de su fama internacional, una frase del mismo tema se usa en Cuba como sinónimo de fallecimiento. En efecto, decir que una persona "cantó el manisero", que deriva de "el manisero se va", es una expresión frecuente cuando de trata de dar un toque de humor a algún deceso, a modo de desdramatización. El pregón en Cuba fue por siglos parte de la cultura popular. Así, por ejemplo, la llamada picardía cubana reluce en este género como en el que reclama, adulando a la posible clienta, "Cómprame algo, caserita, que te lo ofrezco cantando, yo traigo muchas cositas que tú estás necesitando". Fuente. Ansa Latina
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