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Club Santiago: antigua instalación de la burguesía que vuelve a ser elitista

La vieja edificación que por mucho tiempo estuvo gestionada por la Grupo Empresarial del Campismo Popular fue transformándose para ser hoy, como antaño, una institución elitista, bella y atractiva, pero ajena a una buena parte de la población

Club Santiago, no apto para el bolsillo de todos los cubanos Foto © CiberCuba / José Roberto Loo Vázquez

Este artículo es de hace 4 años

Ubicado en la antigua barriada de la gran burguesía santiaguera y vieja herencia del capitalismo en la ciudad, el antiguo Vista Alegre Tenis Club fue una de las pocas edificaciones no doméstica que llegaron a enero de 1959 en una comunidad que se preciaba de tener pocas instalaciones de uso público, aunque eso sí, eran muy exclusivas e igual de bellas.

Construida en la barriada de Vista Alegre, en la década de los 50 del pasado siglo, y devenida Círculo Recreativo Orestes Acosta (CIROA), escuela de iniciación deportiva y círculo social, la edificación tuvo en su historia revolucionaria numerosos usos y también diferentes momentos de gloria, aunque en los últimos años eran bastante precarios y limitados sus funciones y atractivos.

Club Santiago / CiberCuba

Hace muy poco tiempo el Grupo Empresarial Extrahotelero Palmares asumió la reparación capital del lugar y también su refuncionalización: de esa intención nació el Club Santiago, una vieja instalación de la burguesía santiaguera convertida en un lugar que ahora, por sus precios y ofertas, volvía a ser disfrutada solo por la élite de la ciudad o quienes la visiten.

Por sus precios y ofertas vuelve a ser disfrutada solo por la élite de la ciudad o quienes la visitan

La idea del Club Santiago era convertir la instalación en una de las nuevas opciones de la ciudad con estándares más altos en la atención del turismo. Eso se traduce en productos y servicios de mayor calidad, también a precios más altos.

Club Santiago / CiberCuba

Fue así como la vieja edificación que por mucho tiempo estuvo gestionada por la Grupo Empresarial del Campismo Popular, cuartel general de la UJC, de la FEU y de la juventud en sentido general, fue transformándose para ser hoy, como antaño, una institución elitista, bella y atractiva, pero ajena a una buena parte de la población.

Natsuki, el único restaurante japonés de la ciudad

Sin dudas uno de los principales atractivos del Club Santiago, al menos de marketing y publicidad, es su restaurante japonés, que se dice es el único de la urbe. Hay otros que se precian de ofrecer comida china, pero no de la nación nipona.

Restaurante japonés en el Club Santiago / CiberCuba

Sushi de camarón, de cerdo, vegetales…, tres delicias de Natsuki (plato de la casa a base de camarón, pechuga de pollo y res), filete de res Teppanyaki, arroz frito con vegetales, fumet de pescado… forman parte de la limitada carta que, sin embargo, para ser honesto se presenta con un servicio bastante bueno en una urbe donde las opciones estatales se precian de ser todo lo contrario.

Restaurante japonés en el Club Santiago / CiberCuba

Quizás no sea tan japonés el menú, eso le toca evaluarlo a quien haya probado realmente este tipo de cultura culinaria y no a este servidor, pero sí es bastante atractiva la elaboración y presentación de los platos en dos planchas, a la vista de todos, en una suerte de pequeño espectáculo bastante agradable… mínimo algo diferente a lo que se ofrecen otros sitios mucho más estandarizados.

Restaurante japonés en el Club Santiago / CiberCuba

Así de exclusivas son las ofertas del Club Santiago, también sus precios, lejos del bolsillo del cubano de a pie, incluso, para aquellos que «disfruten» del nuevo incremento salarial. Junto al restaurante japonés, existen otros especializados en comida italiana, criolla y un bar parrillada, estos dos últimos retoman viejas opciones que por años existieron aquí.

Exclusivas son las ofertas del Club Santiago, también sus precios, lejos del bolsillo del cubano de a pie

Restaurante italiano en el Club Santiago / CiberCuba

Club Santiago, un complejo y completo centro recreativo para la ciudad

Ciertamente lo es cuando uno mira de cerca todas sus opciones: tres restaurantes especializados y uno de ellos único de su tipo, un bar parrillada, un gimnasio que tiene ya una clientela estable a pesar de su alto precio que es 20 CUC al mes si te asocias o 2 CUC al día, y que es considerado entre los más caros de la ciudad y también preferido de la llamada «farándula», una heladería que se precia ser una de las tres con mayor calidad y cantidad de sabores de las que hoy hay en la urbe… sin dudas, son cartas de triunfo importantes, también destinados a no ser productos de gran masividad.

Cremería en el Club Santiago / CiberCuba

También tiene el Club Santiago una cafetería, un salón de fiestas, sala multifuncional, punto de ventas, áreas deportivas, un bar billar muy de moda entre los jóvenes, un bar bolera, un bar considerado de lujo por la amplia oferta de bebidas y el café Fortuna, muy preciado siempre entre aquellos que adoran la aromática bebida, un sitio que, además, está bellamente ambientado.

Áreas en el Club Santiago / CiberCuba

Porque si algo tiene el Club Santiago es que es un lugar, como dicen algunos, que con sus diferentes áreas tan bellas no parece ser un sitio que exista en Cuba.

Pero el mayor atractivo del lugar, al menos para la gran mayoría de las personas y sobre todo en este verano, es la piscina, una de las más grandes de la urbe que, a precio de 12 CUC la entrada los fines de semana o 10 el resto de los días, nunca llega a llenarse, según aseguran quienes pueden asistir.

Piscina del Club Santiago / CiberCuba

“Hoy es el lugar de la farándula”, asegura un joven adolescente que viene aquí, al menos una vez por semana, “porque mi tía, que está afuera, me da el dinero para venir. Ella mandó un dinero para que mi hermano y yo podamos venir una vez por semana durante todo el verano, y es lo que hacemos. Esto se pone bueno y viene todo el que tenga «toque»”.

María del Carmen, de vacaciones en la ciudad, asegura que luego de un año de trabajo en África decidió pasarse el día con su familia en un lugar agradable y que a la vez no se llenara mucho. Esa fue la primera motivación para venir al Club Santiago: un sitio que no tuviera gran cantidad de personas, bañarse, divertirse, compartir, “pero sin cincuenta gentes encima de uno, porque es desagradable cuando eso pasa”, asegura.

“Vine con toda la familia, somos ocho en total por 12 cada uno, casi 100 CUC solo para pasar el día en la piscina, sin contar que nos pasamos del consumo, pero vale la pena. Mis hijos me dijeron para ir a la piscina del Hotel Meliá Santiago, pero es a 20 CUC por persona, les dije que no me parecía, entonces buscamos otras opciones más baratas pero sin sacrificar eso de estar en un sitio no muy lleno, y este fue el mejor.

“No todo el mundo paga 24 CUC mínimo, si son dos personas, para pasar un día, digo mínimo pues al final se gasta más. Si miras alrededor la mayoría son extranjeros o personas que como yo trabajamos o vivimos fuera. En eso se ha convertido en verdad el CIROA, bueno, el Club Santiago, aunque todo el mundo le sigue diciendo el CIROA, eso no cambia”.

Si miras alrededor la mayoría son extranjeros o personas que como yo trabajamos o vivimos fuera. En eso se ha convertido en verdad el antiguo CIROA

Piscina del Club Santiago / CiberCuba

«Antiguo refugio para la diversión de la clase rica», así le llamaban al sitio luego de enero de 1959, ¿o es ahora que le llaman así? Me confundo cuando veo su imagen actual, especialmente sus precios, también los clientes que hoy asisten.

Y es que quien ve hoy el actual Club Santiago no puede dejar de reflexionar en una idea: ¿qué es mejor un CIROA, como todos conocen al lugar, tal cual era antes de la remodelación de 2018 y pertenecer a Palmares, con precios asequibles para cualquier bolsillo pero una institución inerte, sin atractivos, ni productos ni servicios realmente buenos, o un sitio como este en la actualidad que aunque solo puede ser disfrutado por unos pocos sí tiene ofertas que resultan verdaderamente buenas y seductoras?

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José Roberto Loo Vázquez

Periodista de graduación, y fotógrafo de pasión, dos historias que se entremezclan y atrevidamente me hacen llamarme fotoreportero. Si sumamos mi amor, por la ciudad de Santiago de Cuba, no es difícil entender mi preferencia: fotoreportero que gusta resaltar su urbe natal, la “tierra caliente”.


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José Roberto Loo Vázquez

Periodista de graduación, y fotógrafo de pasión, dos historias que se entremezclan y atrevidamente me hacen llamarme fotoreportero. Si sumamos mi amor, por la ciudad de Santiago de Cuba, no es difícil entender mi preferencia: fotoreportero que gusta resaltar su urbe natal, la “tierra caliente”.

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