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Salvando vitrales por "cuenta propia"

Sería una pena que un trabajo tan hermoso y tan ceñido a la tradición cubana acabara por perderse en la nada a que conducen la desidia y el abandono.

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Este artículo es de hace 7 años

Las dos primeras cooperativas no agropecuarias (CNA) de la Oficina del Historiador de la Ciudad surgieron en el año 2013 ―se denominaron “Vitria” y “Calflat”― y rescataban los oficios de la vidriería y de la herrería, respectivamente.

Estas cooperativas surgieron con el objetivo fundamental de diversificar el trabajo en la Oficina del Historiador en una nueva modalidad, utilizando en este caso específico la experiencia de graduados y profesores de la Escuela Taller “Gaspar Melchor de Jovellanos”.

Según explicó en su momento el Historiador de La Habana, Dr. Eusebio Leal Spengler, estas nuevas formas de producción no estatal tendrían un vínculo de comunicación directa con la Oficina del Historiador de la Ciudad:

“Yo estaré permanentemente detrás para ayudar y sostener hasta que los pájaros vuelen solos, que espero sea en el menor tiempo posible”, afirmó Eusebio en el acto de fundación de ambas CNA (fuente Cubadebate).

Sin embargo, tres años después, las jóvenes de “Vitria” ―que pensaron que desarrollarían un activo trabajo de restauración y de conservación de entidades patrimoniales que formaran parte del plan de inversiones de la Oficina del Historiador―se han encontrado con una enorme falta de apoyo institucional, lo que las ha llevado a trabajar fundamentalmente para particulares con el poco material que les va quedando.

Sería una pena que un trabajo tan hermoso y tan ceñido a la tradición cubana acabara por perderse en la nada a que conducen la desidia y el abandono.

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