Según el reportaje de Cubanet, hasta veinte familias estarían viviendo ―en pésimas condiciones― en un almacén abandonado en la calle Agua Dulce No. 57 (entre Rabí y San Indalecio), en el municipio Cerro, en La Habana.
Especialmente doloroso resulta el caso del adolescente Yeysón Olivera Pérez, de 15 años de edad, que tiene una parálisis cerebral. Pese a lo delicado del caso, las instituciones del gobierno cubano se han negado hasta el momento a otorgarle una vivienda, con el fin de mejorar su calidad de vida.
Aunque el caso reúne los requisitos que exige la política de prioridades del gobierno cubano para la asignación de una vivienda, lo cierto es que durante años no se le ha dado una solución al problema.
Tras años de lucha infructuosa a través de diferentes organismos de La Habana Vieja (donde vivían anteriormente), a finales de noviembre del 2015 una comisión del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social visitó a Yeysón, y constataron las malas condiciones del lugar donde vive ahora.
Los funcionarios se comprometieron entonces a conformar el expediente de caso social, que debió iniciarse hace quince años.
Pero en febrero de 2016, a falta de respuestas, la familia regresó a la sede municipal del MTSS. La funcionaria que les atendió alegó desconocer las razones por las que el caso no se había analizado en el Consejo de Administración Municipal (CAM).
Parece que el infierno de Yeysón y su familia no acabará nunca…
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