A escasas horas de haberse anunciado en los canales de comunicación oficiales cubanos de una nueva reducción en los precios de algunos productos, la sensación en los consumidores es de poca información sobre este proceso y en no pocos casos escaso entusiasmo por las ligeras disminuciones con respecto a los precios anteriores. Medios estatales han llamado la atención sobre cómo han respondido los establecimientos -que en muchas ocasiones no marcan las reducciones o no indican el precio original- y cómo se han sentido los clientes.
Las últimas regulaciones, aplicables a productos como la leche en polvo, algunas conservas, calzado infantil, entre otros, constituyen el tercer paquete de medidas implementado en la Isla en pro de “aumentar el valor del peso cubano”.
Con anterioridad se aplicaron reducciones a productos catalogados como de “primera necesidad”, distribuidos tanto en las redes de tiendas recaudadoras de divisas como en establecimientos de venta en moneda nacional.
En similar línea y con el objetivo de acabar con la guerra de precios, se establecieron hace dos semanas precios máximos para la comercialización de algunos productos agrícolas.
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