Un reportaje publicado por Cubanet nos traslada a una imprenta cubana que tiene el mérito increíble de hacer funcionar todavía viejas máquinas de impresión, que pueden ser consideradas reliquias.
La “Imprenta Galiano” fue fundada en 1962, y así lo explica con todo detalle ―y con la pasión de amar lo que hace― Reynaldo Vidal Rodríguez Avilés, jefe de brigada y supervisor de todo el trabajo que sale de esta singular imprenta.
Este lugar, que parece detenido en el tiempo, asume hoy día una pequeña parte de los impresos destinados a diversas instituciones culturales de La Habana.
Aunque su fundación data de la década del 60, en realidad la imprenta fue fundada con viejas máquinas de principios del siglo XX.
Este reportaje muestra el lado tierno de quienes aman su oficio más allá de vicisitudes, y también vuelve sobre una vieja realidad: la vida útil de muchos objetos materiales en Cuba está destinada a extenderse al máximo; es una realidad con la que conviven a diario millones de cubanos, en las más disímiles tareas cotidianas.
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