Guillermo Fariñas ―de 54 años y premio Sájarov 2010 del Parlamento Europeo por la defensa de los Derechos Humanos― recibió el pasado domingo, en su casa de Santa Clara, al primer secretario de la Nunciatura, José Manuel Alcaide Borreguero, quien le llevó un mensaje del Papa.
El opositor cubano dijo al enviado del Sumo Pontífice que no abandonará la huelga de hambre y sed que inició hace más de 10 días.
Su propósito es que el Gobierno cubano detenga las golpizas contra opositores y otros ciudadanos, y no cederá hasta lograr sus objetivos, aunque aceptó que medie la Iglesia si se diera el caso de un diálogo con el Gobierno.
Aunque los detalles de la reunión se mantuvieron "en secreto", Fariñas expresó que el enviado de la Santa Sede le hizo “un grupo de propuestas”, de las que aceptó unas y rechazó otras.
Además, explicó que les dio “potestad para ser mediadores” en una posible negociación, y se mostró dispuesto a conversar con la Conferencia de Obispos Católicos de la Isla.
Por otra parte, la presidenta de la subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, Elena Valenciano, expresó ayer lunes, en un comunicado, su "preocupación y solidaridad" hacia el opositor cubano, y pidió a Cuba que garantice su salud.
Opositores y familiares cercanos temen una segunda recaída de su estado de salud, después que perdiera el conocimiento la pasada semana, lo que lo obligó a ser internado durante unas horas en el hospital, donde fue hidratado por vía intravenosa y donde le realizaron un chequeo general.
Su más reciente huelga fue en el 2010, cuando realizó 100 días de ayuno, la mayor parte de ellos hospitalizado, el propósito era pedir al Gobierno la liberación de un grupo de opositores presos que estaban enfermos.
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