Sabido es que Cuba tiene una de las tasas de internet más bajas del Continente, con sólo el 5 % de la población conectada desde sus casas.
En la Isla no se permite aún la conexión particular en los domicilios, salvo el caso de unos pocos profesionales como periodistas, médicos o abogados, previa autorización del Gobierno.
El resto de los cubanos se conecta en salas de navegación oficiales ―que resultan muy caras― y en los puntos Wifi instalados a lo largo de todo el país y que ya suman unos 200.
En esos lugares, los usuarios navegan desde portátiles, tablets y móviles, pero lo hacen en malas condiciones, mientras permanecen de pie, sentados en cualquier parte y a la intemperie.
Los entrevistados por DW en este reportaje, insisten en que internet debía haber llegado hace tiempo, y también mencionan lo cómodo que sería poder hacerlo desde casa, en mejores condiciones que sentados en una escalera, en una acera, de pie, o en lugares en los que están obligados a pagar una “consumición”.
No obstante, hay esperanzas, pues recientemente se ha confirmado que ya empezaron la pruebas de acceso a internet en algunas zonas de La Habana Vieja. Sin embargo, algunos desconfían y ven con escepticismo que esas "pruebas" lleven a alguna parte.
EE.UU. hace rato que viene insistiendo al Gobierno cubano que la falta de internet es un lastre para los cubanos, y forma parte de las peticiones habituales en el proceso de reacercamiento del Gobierno norteamericano a la Isla.
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