Ayer martes 6 de diciembre arribó Big Pine Key ―uno de los cayos floridanos― el que ya se ha catalogado como “el primer grupo de balseros que llega a Florida después de morir Fidel Castro”.
En este vídeo, divulgado por Yusnaby Pérez, algunos de los balseros entrevistados relatan brevemente los miedos de la travesía: olas, incertidumbre sobre la dirección que habían tomado, y también los contratiempos en la Isla antes de embarcarse, pues los controles por carretera aumentaron por el paso de la llamada “Caravana de la Libertad”, que portaba las cenizas de Fidel Castro.
También insisten todos en que su mayor deseo es poder ayudar económicamente a sus familias en Cuba, cambiar ellos de vida y tener más oportunidades de progreso.
Los trece balseros ―10 hombres y 3 mujeres― se encuentran bien de salud y ya están haciendo los trámites pertinentes para acogerse a la Ley de Ajuste Cubano, que les permite optar por la residencia permanente en EE.UU. tras llevar 1 año y 1 día en suelo norteamericano.
Sin embargo, hay un dato curioso en este caso, interrogado uno de los balseros sobre la muerte de Fidel Castro, el joven, medio titubeante, aclara: “No, la muerte de Fidel…nosotros no…”, y remata: “Nosotros no tenemos nada en contra de él", e insiste en la motivación económica de su viaje.
Esta opinión da más argumentos a quienes desde hace tiempo vienen insistiendo ―tanto desde el ámbito político como desde la opinión pública interna en Miami― en que la ley de Ajuste Cubano se aplica mal, porque quienes emigran, en un elevado número de casos, sólo declaran motivaciones económicas y no pueden ser considerados, in strictu sensu, "refugiados políticos".
Tampoco se puede obviar que este joven puede que haya hablado desde el miedo de quien todavía está muy marcado por la falta de libertad de expresión en la Isla, e incluso desde el miedo por los familiares que dejó allí; o también puede que en realidad no tenga nada contra Fidel Castro. Esa respuesta sólo la sabe él.
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