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Cuba: Libros a la basura en La Habana

El pasado viernes 7 de abril, un contenedor lleno de libros en buen estado se encontraba convertido en una espontánea feria del libro en la esquina de Subirana y Manglar.


Este artículo es de hace 6 años

Hace algunas semanas, el ministro de Cultura de Cuba, Abel Prieto, reconoció con pesar que la Isla ha cedido a la “chatarra cultural” foránea en su Feria del Libro, y se flagelaba por haberle dado alas a un tipo de literatura "basura". El ministro enfatizaba la necesidad de recuperar el hábito de lectura en el país, y de evitar una "distorsión" de los principios fundacionales de la Feria.

Sin embargo, debiera saber el ministro que, bastante más que el auge de la “literatura comercial” en la Isla, duele ver convertida “la cultura en chatarra” en un contenedor en una esquina habanera, según evidencian estás imágenes divulgadas por Cubanet a través de En Caliente Prensa Libre.

El pasado viernes 7 de abril, un contenedor lleno de libros en buen estado se encontraba convertido en una espontánea feria del libro en la esquina de Subirana y Manglar, en el municipio Cerro.

Muchas personas se acercaban a mirar y a recoger lo que les interesaba, otras seguían de largo ante un espectáculo, sobre todo, triste.

Imágenes que ilustran el infeliz espectáculo (foto: encalienteprensalibre)

No es una performance, no es una cámara oculta, es la realidad pura y dura, la inconsciencia colectiva multiplicada: culpa de la institución u organismo estatal que dejó los libros abandonados ahí (evidentemente no es el acto espontáneo de un particular), y culpa también de las autoridades municipales encargadas de velar para que cosas así no pasen.

Para colmo, según se evidencia en el reportaje, la empresa de Comunales radica cerca del lugar y en las inmediaciones también se encuentran algunas escuelas.

Una pena que el reportaje no sea más explícito en lo relativo a qué libros específicamente habían sido “descartados”. A partir de lo que comentan los entrevistados, parecen ser libros escolares, algunos incluso de enseñanza superior.

Tiene razón Abel Prieto en que "la mercadotecnia desmedida puede convertir en una caricatura el sueño fundacional de la Feria del Libro”. Sin embargo, dejar de cultivar el amor por la letra impresa puede ser el error mayor.

Un buen paso para recuperar el amor por la lectura en la Isla partirá de poner más empeño en proteger y cuidar los libros que ya están publicados; y ello aunque ya sean contenidos que no se atengan a un programa de estudio específico (si se trata de materias académicas). En cualquier caso, hay mecanismos y vías para evitar que cientos de libros acaben en una esquina; y esto que vemos aquí, no es la primera vez que pasa.

Si el ministro de verdad quiere que Cuba recupere el amor por la lectura, podría empezar por estimular iniciativas que ya están dando resultados en muchos lugares del mundo: si no quieres un libro, que haya puntos públicos de recogida e intercambio. Si no quieres un libro, regálalo. Tal vez las paradas de ómnibus serían menos tediosas si dispusieran de un pequeño punto de libros. Cualquier momento y lugar es bueno para aprender a amar la letra impresa.

Efectivamente, hay que hacer algo, pero lo primero será no convertir la cultura en chatarra. Ese sí será un buen punto de partida.

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Judith Moris

Redactora en CiberCuba. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de La Habana, y Máster por la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha sido profesora en la UH e investigadora en la UAB, y redactora/editora de la editorial Teide


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