El alegórico entierro de San Pedro cerró ayer 29 de junio, como cada año, las celebraciones de San Juan de Camagüey.
La celebración del entierro consiste en la recreación de un ficticio sepelio a partir de un muñeco de serrín que representa la figura del apóstol San Pedro.El muñeco se rodea de flores y se coloca en una camilla o parihuela para recorrer las calles de la ciudad, escoltado por una conga y “las lloronas”
Según cuenta la tradición, esta ceremonia, que tiene tres siglos de historia y pone fin a los festejos, augura prosperidad a los habitantes de la ciudad.
El San Juan camagüeyano cuenta, por su parte, con otros actos como los paseos de congas, comparsas y carrozas, el típico ajiaco y la música popular bailable.
Foto: pprincipe.cult.cu
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