La Mesa de Unidad Democrática, la coalición opositora venezolana, presentó este miércoles un acuerdo de gobernabilidad y anunció que el próximo gobierno de rescate nacional, integrado por distintos sectores políticos y de la sociedad civil, estará encabezado por un presidente que deberá renunciar a su derecho a la reelección.
El plan, titulado “Compromiso Unitario para la Gobernabilidad”, cuenta con el respaldo de los principales partidos de oposición reunidos bajo la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), así como de otras organizaciones, y está configurado como un esquema que quiere facilitar la transición política, pues la oposición manifiesta tener “certeza de la proximidad de un cambio en la dirección del país”. Además, hay también una invitación al creciente sector del “chavismo disidente” para que forme parte del proceso.
El documento, leído por Henry Ramos Allup (Secretario del Gabinete de Acción Democrática), señala que “nos comprometemos a que ninguna de las organizaciones políticas que forman parte de la Unidad Democrática aspira ni acepta hegemonía en el Gabinete Ejecutivo del próximo Gobierno de Unidad y Reconstrucción de Venezuela”.
Asimismo, los firmantes se comprometieron a realizar elecciones primarias nacionales para escoger al próximo candidato de la alianza opositora, que competiría en elecciones presidenciales.
El documento insiste en que no habrá ninguna “persecución contra quienes simpaticen o militen en otras organizaciones políticas”, y se garantiza que los titulares de los poderes públicos que hayan sido “escogidos de manera legal y constitucional”, podrán seguir en sus cargos.
No obstante, aquellos que según la ley ocupen algún cargo a través de un mecanismo irregular, podrían ser destituidos por la Asamblea Nacional y reemplazados a través de un proceso realizado con el “estricto apego a los procedimientos” de la Constitución.
Los firmantes también se comprometen a velar por la “recuperación del prestigio, la independencia e institucionalidad de la Fuerza Armada Nacional”. Luego se lee: “Asumimos la angustia de la mayoría de los oficiales militares que saben que su institución ha sido deshonrada por los apetitos económicos y de poder de una minoría corrupta y desalmada, hasta el extremo de mancharla con sangre de venezolanos”.
"Nuestro compromiso", concluye el documento, "es que nunca más la Fuerza Armada Nacional será utilizada y humillada en beneficio de una parcialidad política y de los intereses particulares de una camarilla corrupta que no les importa ni el futuro ni la reputación de la institución militar con tal de proteger sus beneficios".
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