(Yani Gil / Víctor Flores / Yare Grau).- Las colas nos persiguen. Allá donde vamos, a los cubanos nos toca hacer cola. Tras el paso del huracán Irma por la Florida, locales populares como el Rinconcito Cubano Criollo o el Versailles de Miami se han visto desbordados por una larga fila de personas deseosas de probar comida caliente tras dos días encerradas en casa por la lluvia y los fuertes vientos.
Pero éstas no son las únicas colas que los cubanos de la Florida han hecho estos días. Ha habido quien se ha levantado a las cinco de la mañana para coger tornillos y 'shutters' en los establecimientos de bricolaje. También se han registrado colas en las gasolineras para llenar el depósito del carro, en los supermercados para comprar agua, en los cajeros automáticos para sacar dinero en efectivo, en los aeropuertos para salir de Florida, en las carreteras...
En La Bodega de la ciudad de Sweetwater había este martes largas colas. El propietario de este local explicó a CiberCuba que había echado a funcionar sobre las 9:00 a.m. usando dos generadores eléctricos para poner en marcha la máquina registradora y las pesas de la cocina. "Cuando empiece a oscurecer, a las cinco y media o las seis, hay que irse con la familia", lamentó.
"Estamos tratando de hacer lo que podemos: arroz moro, masitas, chicharrones, tamales..." No obstante, aclaró que estaban a medio gas porque no tenían empleados debido al huracán Irma y que ya se les acabaron las existencias de leche, pan o hielo en el supermercado. "Pero hay galletas y refrescos".
En La Bodega, una clienta que llevaba media hora esperando en la cola, dijo que había comprado provisiones antes del ciclón, pero estaba esperando para llevarse chicharrones a casa.
Otro entrevistado apuntó que ya que no tenían luz en sus casas, venían a por comida. "Tenemos hambre". Además confesó que estaba cansado de comer salchichas y comida enlatada y tenía ganas de probar comida caliente.
Por su parte, clientes del Versailles entrevistados por CiberCuba aseguraron que estaban a la espera de comprar sandwiches calientes y agua. Otros preferían ropa vieja para toda la familia.
"Ahora lo que nos queda es que no tenemos electricidad. Sobrevivimos a Irma, a Andrew y ahora tenemos que hacer algunas colas y esperar a que nos acaben de dar el servicio eléctrico", comentó otra persona a este portal.
Lo mejor de todo, las caras de felicidad de los que salían con sus bolsas para llevar y comer tranquilos en casa.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: